Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

lunes, 20 de mayo de 2013

Voces de los vencidos


Por Óscar Gómez
“El Toqui, el Toqui, clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo:“Basta”,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
Rubén Darío


Éste soneto de Rubén Darío encierra la historia de la conquista de Chile, y en algunos casos no se aleja de la masacre que vivieron muchos aborígenes de América Latina1. Es la historia de los Mapuches o araucanos (como le llamaban los españoles a ésta tribu de Chile). En éste se describe los hechos más importantes.
 Los Mapuches tenían que hacer algo para poder defender a su pueblo y detener a los invasores. Cuenta Alonso de Arcilla 2, que después de la resistencia de Galvarino, los Mapuches planearon su venganza en una reunión de caciques y eligieron a Caupolicán por ser el hombre más fuerte. El concurso consistía en cargar un tronco de árbol de mucho peso. Aquél que soportara más tiempo con éste tronco en los hombros sería el ganador, en otras palabras, el líder de la tribu.
Caupolicán fue traicionado por uno de sus compañeros y torturado a muerte por los españoles. Hoy es recordado y valorado por su pueblo y es símbolo de fortaleza para muchas personas. Es por esto, que Darío rescata desde su origen al héroe que representa la resistencia araucana, es más que todo un tributo a la América primitiva, al araucano silvestre y autóctono en manos de la sutileza que sólo éste artista puede dar. En el poema destacan las referencias clásicas, tomadas y traídas a la moda por el conocido “Modernismo”; un movimiento cultural en que Darío está inmerso3.
Darío nos deja un gran mensaje en el que todos podemos ser los protagonistas. Por ejemplo, nos vemos reflejados cuando enfrentamos los problemas y triunfamos. También es sinónimo de la mujer valiente que no tiene miedo de enfrentarse a los problemas sociales.
Un símbolo del poema es el tronco; que se asimila al poder y a los problemas que cargamos. En éste sentido se asemeja a uno de los planteamientos de Marx, cuando consideraba que la cultura no era algo independiente, sino algo inseparable de las condiciones históricas, en las que, determinadas por una ideología dominante los seres humanos desarrollan su vida social. Desde mi punto de vista se refiere al sometimiento social, a la ley imponente, al opresor, a la injusticia, en fin a las diversas cosas que de alguna y otra manera nos agobian y nos envuelven en su propio núcleo, y así adoptamos un modelo de vida propio, de acuerdo a nuestros propios intereses, pero desconforme del sistema dominante.
La obra de Rubén Darío “refleja” una echo real de nuestra historia, no sólo relacionada con el entorno superficial, sino que también con la naturaleza humana. George Lucaks (Die theorie de Romans, 1920), en su teoría del reflejo, desde el punto de vista de la Hermenéutica de H.G. Gadamer (1960), dice que todo proceso de conocimiento y comprensión es el resultado de una interacción con discursos y hechos del pasado histórico, esto quiere decir que toda lectura supone siempre algún diálogo con la tradición (estética de la recepción). Esta teoría va dirigida al sentido que le damos al texto, en este caso a la obra literaria, ya que el resultado siempre dependerá del contexto y las circunstancias en que se situé la intención del lector.
Por otra parte si nos enfocamos en el sentido del poema y nos introducimos en la historia, a la verdadera historia, en aquel momento, destacaríamos el motivo y el coraje que tuvo Caupolicán para pelear por su pueblo. Y esto lo interpretamos quizás como el valor en manos de la razón como diría Heidegger, o tomado desde el punto de vista actual, tal vez cada uno se sentiría identificado con el poema, es por esto que Darío pone de manifiesto las características de Caupolicán como héroe y único ser capaz de representar y asumir el problema que estaba viviendo su pueblo bajo la amenaza española, lo plasma en su poema como algo que sobrepasa en cierto sentido a la historia, permanece en el tiempo y en el recuerdo de los que se identifican con el texto.
Darío categoriza a Caupolicán, lo sitúa en el plano de un ser natural, un ser histórico, alguien existencial cuando se trata de compararlo o caracterizarlo como algo extraordinario (Heidegger)4. Un algo que existió y existirá siempre, que no es invención, sino un hecho concreto. Como diría Heidegger, es algo referente a la presencia plena, el hecho mismo de estar ahí (haber estado ahí), lo vivido. Tiene que ver con ese algo único y todos tenemos una forma diferente que nos separa del resto (esencia), la identidad, que es algo que no se puede cambiar. Ese algo que sobrepasa nuestra experiencia personal, pero sin embargo nos identifica. Es estar familiarizado con todo aquello que nos pasa, lo que nos rodea, las situaciones, etc. ( ser- en, Heidegger), pero hay algo cotidiano en todo esto que nos une y nos familiariza con los demás y en donde perdemos la capacidad de ser únicos.
Todo lenguaje poético, tanto en este sentido amplio como en el más estricto de lo poético, es en el fondo un pensar. La existencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser. Heidegger.
Quizás podríamos comparar ésta frase de Heidegger con Rubén Darío, cuya poesía forma perfectamente todas las características del Modernismo. En su formalidad y ritmo, en todos sus temas tratados y también en lo exótico y mitológico de Caupolicán, integrado en su mundo interior arrebatado y desgarrado. Poesía que llama la atención por la versalidad frívola, intrascendente, patriótica, grave y angustiada que sólo Darío podía crear. Fue el fundador del modernismo y lo peculiar de este movimiento, es que se dio solamente en América Latina. Para saber la realidad que está presente en todos los andares de ahora, y entender lo que somos, de donde venimos, qué podemos ser y adónde vamos. Conocer nuestro mundo en donde abundan desde hace siglos extraños poderosos e inocentes sometidos jugando a villanos incomprendidos, héroes de alguna forma, la clase de héroe que queremos y que nos ocultan las identidades sospechosas.
A sí lo reconocen los documentos históricos, como decía anteriormente, nos llaman “países en vías de desarrollo”, pero un desarrollo de su propia destrucción, ya que cada día son creadores de miedos y pobreza, las personas al servicio de las cosas, y no al revés como podría ser.
Como siempre, sin embargo, los ajenos se adueñan de lo ajeno, consumen nuestras riquezas, empobrecen nuestra pobreza, y el resultado nos hace preguntarnos, quién es el dueño de nuestro estado. Todo este proceso termina sumergido en el chantaje de nuestro amigo forastero, los supuestos mercaderes y algunos infortunados ignorantes compatriotas.
Frágil es nuestra delgada franja de tierra, que aún llora su pérdida, y aún sigue luchando desde sus entrañas en vísperas de alcanzar el paraíso perdido que alguna vez fue para  Ercilla y tantos otros. Estamos sumidos en días grises y malas noticias. Asesinatos, destierros, convertidos en una película cotidiana, algo que queda archivado en los corazones de aquellos que soportaron el dolor y coraje de Caupolicán, hasta nuestros días.
Aunque sonrían los grandes personajes, reyes y emperadores, igual se engaña a la gente. Es la bendita organización en retroceso, cuando crece la historia, se sacrifica con bienes y ganancias de otras y se desarrolla la injusticia social. A lo largo de nuestro proceso histórico, los dueños del poder nos regalaron sobras de todo, falta de imaginación cultural y virtud propia en idear técnicas de exterminio de esos pobres habitantes y su vasta trayectoria. Como si no bastara con sus brutalidades nos regalaron también, pestes y enfermedades y todo eso convirtió a nuestro ser interior en su principal enemigo. Hasta ahora nuestra ira e impotencia se esconde en nuestra apariencia, así vivimos en un disfraz represivo en el que solo cabe respirar, porque todo lo que parece exigir un bien, se vuelve en algo parecido al delito.
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1  Miguel León- Portilla; El reverso de la Conquista. Relaciones Aztecas, Mayas e Incas, México, 1964.
La araucana, estudio preliminar y edición de Isaías Lemer.
www.lospoetas.cl
Ser y tiempo de Heidegger- Universidad industrial de Santander (2011).

domingo, 19 de mayo de 2013

El ojo de Joyce[1]


Por Mizraim Bravo
Todo hace pensar que existe un cierto punto
del espíritu desde cual la vida y la muerte;
lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable
y lo incomunicable dejan de ser percibidos contradictoriamente.
André Breton: Segundo Manifiesto.

La literatura no es un viaje, es un vacíoad infinitum. Las puertas de la percepción son para siempre espacio. Sin tiempo: galería sin recuerdo, superposición de imágenes. Abdicar el  presente. Recordar el  futuro. Presentir el pasado. Cuando por fin comenzaba a sentir con algo que no fuera ese imaginario corazón de Morel.  Cuando por fin el cuerpo capitalista renuncia a su condición estatal y determinista es a través  de la literatura. Ayer por ejemplo matéuna mosca con el pensamiento como las categorías de Kant a las cosas, así mismo él a priori histórico renuncia a una simultaneidad o nodos de interacción, el tiempo es heredado, sugiere una sucesión de acontecimientos que imita la producción industrial del siglo xix pero dejemos que Rosseti y su poesía lo cante con mejor plectro que el mío:

Yo estuve aquí antes,
no sé decir cómo y cuándo

A Heráclito le debemos la metáfora del río interpretada por Platón, los Doxógrafos y tomada por Aristóteles: Aguas distintas fluyen sobre los que entran en los mismos ríos. Se esparce y… se junta… se reúne y se separa… se acerca y se va.Supongamos que aquel rio de Heráclito es el Leteo y el Leteo la primera fase de sueño NO REM donde se nos presentan terrores nocturnos, parasomnias las cuales no nos son posibles recordar. Ahora bien dormir, soñar, son abstracciones de tiempo que aprisiona la memoria.Fijar, impedir el movimiento. De allí su retórica de la atadura, del nudo, de lo que priva al Otro y así, por ley de contraste, restituye al sádico su total arbitrio, lo devuelve al estado inicial de posible absoluto, lo libera, lo “desata[2]”.Rosseti en sus primeros versos va desde el Leteo hacia la laguna de la Memoria:

Dije: “(Soy) el hijo de la Tierra y del estrellado Cielo. Estoy seco por la sed y me estoy muriendo; dame pues, agua fría que fluye de la laguna de la Memoria”. Y los reyes infernales se apiadarán de ti y te darán de beber de la laguna de la Memoria. Estás recorriendo un camino concurrido, un camino sagrado que también los otros ilustres iniciados y bacantes están siguiendo[3].
Hay un gesto de Li-Po para su muerte, ebrio y bacante, intenta atrapar la luna en el reflejo de un estanque. Nuestro recuerdo de Li-Po seria de un poeta chino, alcohólico que fallece ahogado. El gesto poético queda atrapado por  las dilataciones del pensar y registrar, patetismo minimalista: reducir la vida a una minúscula expresión para abarcarla en su totalidad. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer[4].
¿Todo es anterior: las mezquitas de Damasco, La alegría de la vida de Matisse, El dragón del Parque Güellde Gaudí, yo mismo escribiendo cada palabra de este ensayo, y usted, si usted del otro lado leyéndome? Nudo de tiempos es la memoria, boca llena de palabras, tocar una mano es tocar la mano de la muerte, no se puede esperar nada, el azar, amigo lector, es no recordar el lecho nupcial natal mortal[5]¿Hay acaso palabras escritas sobre las cosas tanto para usted y para mí?Los postulados de Berkeley asumen que la distancia no existe, que el tiempo es una fijación en la mente heredada para articular los actos en secuencias, narraciones, el film incongruente en desmedro de la fotografía. Suprimir en categorías las experiencias es invalidar la causalidad no aquella vulgar si no la que transforma cada acto en una monstruosidad irreparable y nos acerca a la simultaneidad absoluta de la irracionalidad. El cruce sobre un puente (imagen) es el cruce sobre un puente, quiero decir, que es la suma de eventualidades, personas, acontecimientos, irrupciones que puedan acontecer en aquella imagen de un puente. El tiempo tal como ahora usted, allá, lo está percibiendo distribuye las coincidencias, los rostros, las partes de los cuerpos:

Al revés que la articulación de múltiples cosas que la modernidad llama “mundo” la totalidad hegeliana no transcurre en el tiempo, ni tiene una relación externa con el tiempo, como ocurre claramente en Newton y en todo naturalismo moderno. El concepto produce internamente el tiempo, de modo que existencia ocurre en algo que, en nuestro lenguaje preñado de temporalidad, estamos obligados a llamar “presente absoluto”, mientras que los seres humanos, en tanto empíricos y finitos, lo experimentan (se experimentan) como sucesión[6].
Rosseti nos cuenta por un no sé, el quiebre con su tiempo. De ahí que sus cuadros se han siempre la Beatriz de Dante pero corruptible por la enfermedad de la musa prerrafaelista. Pero como dice Borges sigamos escuchando la música de Rosseti:

conozco el prado detrás de la puerta,
el dulce aroma penetrante,
los sonidos susurrantes,
las luces a lo largo de la costa.

Solipsismo del sujeto kantiano: solo conocemos lo que se nos presenta en la experiencia. Conocer las cosas antes de una experiencia es afirmar que el vacío precede al objeto como el ruido al silencio, daga fatal para el sistema de gobierno burgués que se impone en el poder político decapitando al rey y sentando las bases del Estado moderno a través de la soberanía del significante donde el espacio se transforma en el lugar de la propiedad privada y el pueblo es supeditado a la normalización de sus conductas a favor de un Estado, no hay lugar que no sea capital y cognoscible.  
En los versos anteriores Rosseti nos muestra tanto la vista, el olfato y el oído interpelados pero para completar, si me lo permite el lector (creo que es necesario completar para guiar mi idea de mejor forma, para que entre usted y yo haya una complicidad) agregaré el gusto y el tacto, estos cinco sentidos son dos  llaves: la primera me cierra por completo, la segunda, la sola figuración o simulacro de ella dispersa por completo la sucesión desplazando a su vez la voluntad de una voluntad. Tampoco estos sentidos (los que Rosseti describe) son los mismos a los cuales nos vemos sometidos diariamente, siendo estimulados por una serie de sensaciones artificiales para el sustento de un sistema económico, usted sabrá que hablo de una especie de suprasentido le daré un ejemplo: cuando estuvimos en la última cena de Jesús de Nazaret (no lo recordará, estaba ahí,  yo fui Judas) bebimos el vino y comimos del pan pero el vino era la sangre y el pan era el cuerpo del redentor. 10 de junio de 1963 ThichQuangDuc se quema a lo bonzo en una protesta en Vietnam, el fuego dibuja sobre la piel (la piel  es otro dibujo en blanco) del monje budista, el fuego ya no quema si no que lo purifica. Las sensaciones que se inscriben por encima de los sentidos pero a través de ellos son los Sentidos. Las palabras que se inscriben por sobre las cosas pero a través de ellas son la Literatura.No nos detengamos aquí, continuemos, que siga Rosseti:

Tú has sido mía antes;
no sé decir hace cuánto:
pero apenas esa golondrina remontó,
y giró tu cuello, algún velo cayó;
y lo supe al instante.

El cuerpo es el vehículo de una experiencia literaria y la muerte es su catalizadora. Para el poeta se despiertan las cosas, la golondrina es por antonomasia el animal de la migración, del traslado  Quandofiamutichelidon [ut taceredesinam]? (“¿Cuándo seré como una golondrina, así podré dejar de estar en silencio?”) Nos diceT.S. Eliot en su Tierra Baldía, la percepción de Rosseti desata el nudo y deja caer el velo que oculta a Dionisio y la tragedia corporal. El traspaso del siglo xvii al siglo xviiies la desaparición del cuerpo ensangrentado, cumbre del castigo, de la metáfora de Dios en la tierra (Rey), el cuerpo pasa de una tragedia (que nos aleja de la sociedad) a una comedia (que nos une a la sociedad).  El castigo tendera, pues, a convertirse en la parte más oculta del proceso penal. Lo cual lleva consigo varias consecuencias: la de que abandona el dominio de la percepción casi cotidiana, para entrar en el de la conciencia abstracta; se pide su eficacia a su fatalidad, no ha su intensidad visible; es la certidumbre de ser castigado, y no ya el teatro abominable, lo que debe apartar del crimen; la mecánica ejemplar del castigo cambia sus engranajes[7]. El cuerpo político se impone por sobre el cuerpo grotesco. Pero este cuerpo político comienza disentir, a volverse poroso en la poesía.

¿Había sido así antes?
¿No será que el vuelo concéntrico
del tiempo restaure nuestras vidas,
nuestro amor, a pesar de la muerte,
y nos traiga otro deleite noche y día?

El tiempo mismo trae conciencia del no tiempo, las coincidencias, el tacto leve de un  reencuentro,  tal vez cada Pequeña muerte nos acerque a la vida como a  nuestro antihéroe Hans Castorp en La Montaña Mágica:

-¡Oh! El amor no es nada si no es la locura, una cosa insensata, prohibida y una aventura en el mal. Si no es así es una banalidad agradable, buena para servir de tema a cancioncitas tranquilas en las llanuras.  Pero yo te he reconocido  y que he reconocido mi amor hacia a ti, sí, eso es verdad: yo ya te conocí, antiguamente, a ti y a tus maravillosos oblicuos, y tu boca y la voz con que me hablas; una vez ya, cuando era colegial, te pedí tu lápiz para entablar contigo una relación social, porque te amaba sin razonar, y es por eso, por mi antiguo amor hacia ti, por lo que me quedan esas marcas que Behrens ha encontrado en mi cuerpo y que indican que en otro tiempo yo estaba ya enfermo[8]
El cuerpo con sus marcas pasa a ser el depositario de los nudos, cual cicatrices desatándose, el sádico ahora nos pertenece, el masoquista se vuelve complaciente y la enfermedad agudiza y estimula los sentidos saturándolos. La salud, la Virtud son burguesas: cómodo diván donde clasifico el mundo. La enfermedad  es el hommo detritus,desiderátum del cuerpo es desgarrarse de un estado que niegue su degeneración. El tiempo burgués se impone en el cuerpo corruptible. Lo hace mecánico, parte de la infraestructura empresarial, para ello siente y educa. Colmar entonces derruye la producción capitalista, para el horror vacui el barroquismo del sádico quien ante el cuerpo en blanco edifica L'Empire des sens[9],o como para un estado zen la rabia de la delectación morosa.

Ahora, entonces, ¡con fortuna otra vez!
¡Duerman mis ojos la agitación de tus cabellos!
¿No yaceremos como hemos yacido,
y así, por amor de Amor,
el dormir y el despertar
no rompan ya sus cadenas?

   Que duerman si: la libertad , la decencia , la fraternidad, la prensa escrita, los cuatro puntos cardinales, el amor del siglo xviii, la redonda tierra, los héroes de pluma y espada, muera todo lo que no enferma y corrompa toda la porquería burguesa. Duerman si: los ojos, la sintaxis de las cosas, viviendo en eternas tinieblas(...) solo seguiré viendo a quienes no debía, más sin reconocer a los tan deseados. Cada vida se repite, la experiencia es ridícula: coger estas letras es para siempre. No aprendes solo recuerdas.


[1] Joyce no sufría miopía, lo aquejaba la  hipermetropía. La miopía hace que la visión lejana sea borrosa y la hipermetropía se destaca por reducir la visión próxima. Así explican los errores, la sintaxis de Joyce, yo disiento. La literatura de Joyce  más que un defecto visual es la simultaneidad fotográfica, ante el defecto físico, enfermo nuestro cerebro opera de dos dimensiones: tiempo y espacio. La máquina fotográfica, que no piensa las imágenes, sólo actúa en el espacio, y las registra simultáneamente, sin necesidad de recorrerlas en el tiempo para efectuar el tránsito. (Nota del traductor, J. Salas Subirat. Ulises, James Joyce, pág. Xi. Editorial Planeta).
[2] Severo Sarduy, Escrito sobre un cuerpo, Del Ying al Yang. Editorial Sudamericana, 1969, Buenos Aires, Argentina. Pág 11.
[3]G. S. Kirk, J. E. Raven, M. Shofield, Los filósofospresocráticos. Editorial Gredos 2006, Barcelona. Pág. 55.
[4]J. L. Borges, El memorioso Funes, véase en http://www.literatura.us/borges/funes.html
[5] J. Joyce, Ulises, cap. 3 Proteo.Editorial Planeta. Barcelona, España. Pág.48
[6]C. Pérez Soto, Sobre Hegel. Cap iv Las operaciones hegelianas. Editorial LOM 2010 , Santiago, Chile. Pág 47.
[7]M. Foucault, Vigilar y Castigar, cap. 1: El cuerpo de los condenados. Editorial Siglo xxi, 2002, Buenos Aires, Argentina. Pág. 17.
[8]T. Mann, La Montaña Mágica(Noche de Walpurgis). Editorial Planeta, 1974, Barcelona, España. Pág. 574-575
[9] En Japón  Ai no korîda, en español El imperio de los sentidos, deliciosa película BDSM (B: bondage. D: disciplina, dominación. S: sumisión y sadismo. M: masoquismo) de NagisaOshima en la cual influyeron el pensamiento de George Baitaille y Michel Leiris . Censurada en su estreno.

sábado, 18 de mayo de 2013

El hombre y sus posibilidades


Por Bárbara Gálvez
“Los seres humanos no nacen para siempre
el día que sus madres los alumbran,
sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”
Gabriel García Márquez

            La tía Sauvage, narración escrita por Guy de Maupassant, será nuestra fuente de análisis y asociación de conceptos ligados a la obra Ser y Tiempo de Heidegger (1927), que es considerada una de las obras más importantes de la filosofía, el cual a grandes rasgos es un libro existencial, y su autor considerado el pensador más importante del siglo xx. Pues bien, la interrogante principal de este análisis será ¿Quién representa el “dasein” en el relato de La tía Sauvage?
            Para ello haremos alusión a lo que significa “dasein”, sus posibilidades en el mundo a la existencia autentica e inauténtica, el lenguaje y el tema de la muerte. Y cómo se puede relacionar esto con el cuento de Maupassant, que es anterior a estas ideas filosóficas.
            Guy de Maupassant fue un escritor francés representante del Naturalismo, movimiento artístico que surge en Francia de la mano de Zola en la segunda mitad del siglo XIX como evolución de los rasgos del Realismo. Como naturalista el autor retrata la sociedad francesa de la época, reflejándola tal cual como la ve; con ambientes degradados, personajes marginados y las situaciones más escandalosas. Y muy ligado a la situación política del país.
            El relato al cual me referiré, cuenta la historia de una vieja campesina que vive en soledad debido a la muerte de su marido, y a la espera de que regrese su hijo de la guerra, ya que participaba en el regimiento francés. La tranquilidad –si puede llamarse de ese modo a la vida que llevaba- se vio afectada cuando llegaron cuatro soldados prusianos, a habitar su casa y gozar de techo y comida. Situación que era normal y recurrente en aquellos tiempos. Estos hombres se comportan de buena manera con la vieja,  la ayudan con las pequeñas tareas domésticas, en ningún momento aparece un episodio violento hacia ella, ni de rechazo o negación por parte de la vieja en atenderlos. Podría haber sido esperable que se presentara cierto choque entre ellos, ya que son soldados enemigos en una tierra que ellos han invadido, pero supongo que la gente del pueblo aceptaba esta situación como algo cotidiano y que no podían cambiar. Incluso el autor llega a mencionar que la vieja les había tomado afecto a sus “allegados enemigos”. Ya que como dice en el texto:
“Los campesinos no sienten los odios patrióticos; esto se queda para las clases superiores. Los humildes, los que pagan más que nadie porque son pobres y toda carga nueva los abruma; los que se hacen matar en masa; los que constituyen la verdadera carne de cañón, porque con ellos se forma la cantidad; los que más cruelmente sienten las atroces desdichas de la guerra, porque son los más débiles y de menos resistencia, no alcanzan a comprender estos ardores belicosos, nuestro excitable sentido del honor y las pretendidas combinaciones políticas que aniquilaban en seis meses a dos naciones, lo mismo a la vencedora que a la vencida”.
            Pero todo cambia cuando la vieja recibe la noticia de que su hijo ha muerto en combate frente a los prusianos. Fue en ese momento cuando comenzaron a surgir en su mente distintas ideas. Los hizo dormir en el granero junto a sacos de heno para que durmieran más abrigados, ellos no protestaron ya que confiaban en ella. No sabían que estaba preparando una pequeña venganza; más tarde le prendió fuego a la casa entera.
            La tía Sauvage, que en francés su nombre es sinónimo de salvaje, brutal, bestial, podría encajar con la personalidad ruda de la vieja. Pero también con su actuar frente a esos hombres que aparentemente no le habían ocasionado ningún daño, salvo el de habitar su casa. Lo veo como una forma de revelarse frente a la guerra que le había arrebatado a su hijo y tenia en su casa cuatro representantes de Prusia de los cuales podía tomar venganza sin ningún tipo de remordimiento después, ni pedir comprensión, ni benevolencia a los oficiales prusianos, esperó con calma su fusilamiento.
            El fuerte de descripción de este autor son los personajes campesinos y la gente del pueblo, forman el grupo más representativo de sus cuentos, generalmente sus personajes tienen algún rasgo diferenciador, casi siempre físico, junto con aspectos sombríos de su personalidad. La tía Sauvage se nos describe como una mujer alta pero ligeramente encorvada, además de ruda:
“Hay que decir que no tenía miedo a nada, porque era del mismo temple que sus hombres: alta, enjuta y ruda; pocas veces se le veía reír y jamás gastaba una broma. Conviene hacer constar que las campesinas se ríen muy poco. ¡Eso queda para sus hombres! Como su vida es triste y lúgubre, su alma es también melancólica y limitada. El campesino se contagia en la taberna un poco de alegría bulliciosa; pero su compañera no pierde nunca la seriedad y mantiene siempre una expresión severa. Los músculos de su rostro no han aprendido los movimientos de la risa”.
            A pesar de esa visión en contrafuerte de los campesinos que el novelista nos trasmite, hay que señalar también que, en tiempos difíciles, saben comportarse y estar a la altura de las circunstancias, tanto los campesinos como las campesinas. Por ejemplo, frente a la ocupación prusiana, deben alojar en su casa a los soldados ocupantes. Entonces, si no el sentimiento patriótico del que apenas dan muestras, según el novelista, pero sí la sed de venganza por algún hijo o familiar muerto en combate o la rabia por tener que alimentar inútilmente una boca, la del invasor que se aloja obligatoriamente en la casa, convierten a estos campesinos normandos en héroes, a pesar de su natural cobardía.
            En el cuento lo vemos con la acción de la tía Sauvage al final con los soldados, a los cuales quema vivos encerrados en la casa, aparentemente por venganza. Puede sorprendernos este final, ya que a lo largo de la narración la protagonista no demostró ningún tipo de rabia ni malestar por la presencia de estos hombres. Todo cambió cuando supo de la muerte de su hijo.
            En varios de sus cuentos, como en Bola de sebo por ejemplo, Maupassant se queja amargamente de la invasión de Francia por los prusianos, de la poca resistencia que se fue capaz de oponer. Los grandes resistentes ahora eran las gentes del pueblo, en especial los campesinos y las mujeres despreciadas por los bien pensantes, es decir, las putas; aunque, como es natural, cada uno a su manera. A ellos nos los muestra como los verdaderos resistentes, aunque luego eran otros, los militares, los que se lleven las condecoraciones. Los demás, sobre todo la burguesía grande o pequeña, que temían perder algo o mucho, optaron en mayor o menor medida por algún tipo de colaboración con el invasor.
            Diríamos que la historia está en torno a las personas “externas” a la guerra pero que también sufren, lleva un discurso social que se enmarca en el contexto histórico mencionado.
            El hombre, lo que Heidegger va a llamar “dasein” -que significa Ser-Ahí- es el ser que está arrojado en el mundo (ser-en-el-mundo); el hombre existencial, que se angustia por la idea de la nada, que muere, el hombre que puede tener una vida autentica e inauténtica. Este primer concepto encierra todas las categorías fundamentales de su filosofía. Por tanto la propia mujer, que esta arrojada en este mundo marchitado por la guerra es el “dasein” que debe sufrir en silencio ciertas cosas, por ejemplo que no deja de pensar un solo momento en su propio hijo.
            Luego tenemos que este “dasein” esta arrojado a sus posibilidades; el hombre antes que realidad es posibilidad. Por ejemplo ahora mismo que estoy escribiendo este ensayo existe la posibilidad que se me retire a tomar un café, que me duerma o me vaya de paseo, etc. son posibilidades que pueden ser infinitas. Pero hay una POSIBILIDAD que es la mayor de todas las anteriores que está en cada una de ellas y que es la de morir. En todo lo que mencione y lo que el lector puede imaginarse como posibilidad, en toda ellas puedo morir. La posibilidad de morir en uno de mis posibles. Este puede ser un aspecto sombrío de la filosofía de Heidegger pero será un tema recurrente en toda la corriente existencialista. Y Heidegger dice algo más: el hombre se pasa la vida tratando de ocultar y de que le oculten que es un ser para la muerte.
            Y el hombre para negar este aspecto de la muerte se entrega a una existencia inauténtica, el dasein inauténtico se entrega al mundo del “se dice”, por ejemplo; se dice que hay que leer tal libro, tal diario, que hay que ver tal película, tal programa, etc. todo lo que venga desde afuera lo acepta, es decir, vive en el modo de la pasividad. Así está inmerso en el mundo de lo anónimo, se quiere unir a esta masa de anónimos para no pensar por sí mismo y para no reconocer que la muerte en algún momento inexorablemente será una experiencia suya y que nadie puede morir por él.
            Por otro lado  lo que fundamenta la existencia autentica es que este enfrenta y acepta la muerte. Sabe que va a morir y eso le da densidad a su existencia, está separado del mundo del “se dice” -que se mencionó anteriormente- el es él, en consecuencia elige lo que lee, lo que ve, dice lo que quiere. Y lo más importante es que enfrenta la angustia que le provoca saber que nadie puede morir por él.
            La tía Sauvage pasa por las dos etapas en el principio se presenta con una existencia inauténtica; recibe sin protestar a los soldados prusianos, no hace ningún ademan de rechazo hacia ellos. El pueblo está de acuerdo en hospedar a estos hombres que han invadido su tierra, tal vez porque no les quedaba otra opción, pero la tía Sauvage no mostro ser diferente y en un principio se mantuvo en el anonimato evitando conflictos, con esto  pudo haber estado evitando la muerte.
            Más tarde cuando recibe la noticia de que su hijo había muerto de la forma tan horrible como la describió el soldado, compañero de batalla de su hijo, que al menos podría haber tenido mayor delicadeza en comunicar la muerte del joven. No era necesario decirle que la bala lo partió en dos. Sin embargo, la corriente naturalista del escritor lo obliga a describir tan macabramente estos episodios. Es en ese momento en que tía Sauvage cambia de actitud, reacciona frente a su vida y las cosas que está aceptando, ayudando al enemigo en su propia casa. Sabe que su plan le traerá la muerte, pero no le importa, la enfrenta y da paso a su autenticidad. Esta arrojada a esta situación, en la cual un “Siento luego existo” la lleva a cometer el crimen. Menciono el concepto de sentir ya que es el sentimiento de dolor, el sentimiento de madre es que la hace cambiar de actitud, aparentemente no hay un motivo real debido a que los hombres se comportaron de buena manera con ella, y claramente no eran los asesinos reales de su hijo. Sin embargo representaban al enemigo y descargo sus emociones en ellos. Al finalizar su crimen la gente que acudió a verla la encontró tranquila y satisfecha, ni siquiera negó los hechos confesó enseguida haciendo honor a su nombre.
            De todas las infinitas posibilidades de las que ese ser pudo haber escogido, eligió la venganza y lo afirmó diciendo –voy a ocuparme de ustedes-. ¿De qué otra forma podría haber actuado?
            Otro tema presente en la filosofía de Heidegger es del lenguaje, “Pero el hombre no es solo un ser vivo que junto a otras facultades posea también la del lenguaje. Por el contrario, el lenguaje es la casa del ser: al habitarla el hombre ex-siste, desde el momento en que, guardando la verdad del ser, pertenece a ella” [1]
            El lenguaje con el cual podemos crear universos enteros, es parte del ser porque todo lo que decimos reside en nuestros pensamientos, y es morada de la esencia del hombre porque sin el lenguaje el hombre pierde su esencia al perder la manera de comunicarse con los demás. En el pensar el ser llega al lenguaje, en su morada habita el hombre. Los pensadores y poetas son los guardianes de esa morada, que consiste en llevar a cabo la manifestación del ser, en la medida en que, mediante su decir, ellos la llevan al lenguaje y allí la custodian.
            El contexto del siglo xix, y el conflicto de la guerra franco-prusiana conducen a Maupassant a retratar y expresar lo que sucede con la gente tal cual como él lo percibe. Creando este ambiente y esta historia que podría ser real, con el lenguaje crea este mundo en el cual los campesinos y la clase marginada sufren las consecuencias del clima hostil que el autor retrata muy bien. Al principio describe los bellos paisajes hasta que ve las ruinas de la casa quemada y comienza la historia de la tia Sauvage que superficialmente es una vieja solitaria, pero que al final nos lleva a la reflexión junto con los elementos de Heidegger.
Sobre el lenguaje podemos agregar mencionar “la doble naturaleza del lenguaje” [2] este doble discurso que podemos encontrar en la lectura texto.  Un discurso que apunta al exterior, a lo explícito, lo superficial. Y el otro al  interior, a lo profundo, a lo no dicho. Este autor nos dice que es a esta última a lo que hay que enfatizar.

[1] Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo, Versión de Helena Cortés y Arturo Leyte, Alianza, Madrid.
[2] Roland Barthes: La muerte del autor.  El susurro del lenguaje: Más allá de la palabra de la escritura. Editorial Paidós. 1967 Páginas 65- 72

El alma sin pescador

Por Romina Pintos

“Tú, lector, tú te estremeces de vida y orgullo lo mismo que yo;
en consecuencia, para ti son los cantos que siguen.”
Walt Whitman

Ensayistas, poetas, dramaturgos, cuentistas, novelistas… En fin, literatos. Hay muchos de ellos, unos más reconocidos que otros, con más o menos obras, que murieron de viejos, otros jóvenes, hay autores anónimos y con nombres bien marcados al final del trabajo intelectual. Productores poderosos de un sinfín de obras que lograron trascender a través del tiempo, y que son el eje en el que nos movemos cuando pensamos en leer. Uno de esos es Oscar Wilde, escritor irlandés que vio nacer sus mejores obras a fines del siglo XIX, sus ideas se adelantaron a la época. Siguió la corriente esteticista, es decir, centrada en la estética del “arte por el arte”, aunque muy alejado de la concepción frívola que podría conllevar el esteticismo, ni él ni sus obras fueron así. Una de las grandes historias que él concibió fue  El pescador y su alma cuento que evidencia lo peor del ser humano y la sociedad entremezclado con el amor.
Partamos así por los símbolos, este cuento está lleno de ellos, empezando por la figura de la sirena, la cual es una imagen que aparece principalmente bajo dos aspectos, una es la de mujer-pájaro y la otra es mujer-pez, ambas contaban con una dulce voz, la cual servía para atraer caminantes, en el caso de la mujer-pájaro, y marinos en cuanto a la mujer-pez, con la única intención de devorarlos. Así mismo también las sirenas son tomadas como símbolo del deseo; de igual manera es muestra de la tentación puesta a lo largo de la navegación para evitar el fortalecimiento del alma enamorada de su canto, llevando a la víctima a una muerte prematura. Oswal Wirth[1] considera a la sirena como un símbolo de la mujer y al mismo tiempo como una encarnación del espíritu de la tierra, en contraposición del hombre, el cual es hijo del cielo. Así en su concepción de transmigración dice: «La vida seduce a las almas de los que están privados de ella… Las hijas de los hombres cautivan con su belleza a los hijos del cielo, que descienden, irresistiblemente atraídos.». Esto es evidencia suficiente que permite prever el rumbo del cuento que estamos por analizar. Sumémosle que el cuento que analizamos nos dice: «Tan dulce era la voz de la sirena que a veces el pescador olvidaba sus redes», «El pescador, con los labios entreabiertos y los ojos llenos de maravilla, se quedaba muy quieto en la barca, escuchando, escuchando hasta que la niebla llegaba arrastrándose a envolver la embarcación y la luna tenía de plata su cuerpo de bronce.». Estas aseveraciones nos dicen que era tal el embrujo de su voz, que el pescador no era capaz de advertir nada más que a la sirenita.
Así mismo el agua también tiene una representación simbólica, pues ayuda a la creación de la sirena, a la figura del pescador y la historia misma suscitada a partir de los personajes. De esta forma vemos que el agua tiene una consideración lóbrega al significar la muerte y la sepultura, la vida y la resurrección, ya que al hundirnos en el agua estamos enterrando enteramente al ser. Un hecho importante de mencionar es que esta muerte y nueva vida es solo aparente  porque la muerte afecta solamente al hombre natural, dándole nacimiento al hombre espiritual. Que en este caso está estrechamente conectado con la sombra, o el alma  del pescador, que buscando el amor de la sirenita decide deshacerse de ella  para poder adentrar su cuerpo al mar y vivir en las profundidades con aquella que tanto amaba.
Por otro lado tenemos el alma, la cual tiene una duplicidad, es decir, es un todo y una nada al mismo tiempo, representa el cambio, las transformaciones y está relacionada con la luna por su carácter volátil. Cuando hablamos de un todo, nos referimos a la importancia que tiene el alma con respecto a Dios, y es también una nada porque, tal como lo dice el pescador: « ¿De qué me sirve mi alma? No puedo verla, no puedo tocarla. No la conozco.», se trata de algo abstracto, metafísico. En realidad, el alma es lo más profundo del ser, la esencia tomada como algo que nos pone frente al mundo y no en el mundo (en palabras de Heidegger), como si ocurre con las plantas y los animales, tiene estrecha relación con la consciencia de las personas, las que transforma en objetos incluso a otras personas para atraerlas hacia sí mismo para su beneficio personal. Incluso el joven pescador estaba empecinado en deshacerse de aquello que lo hacía más humano de lo que era, el alma. De esta manera, tras el ritual que terminó con casi todas brujas dispersándose, la maga encargada de completar el hechizo le dice al pescador: «Lo que los hombres llaman la sombra del cuerpo no es la sombra del cuerpo, sino el cuerpo del alma.», en pocas palabras, la esencia del ser representada en la sombra.
En cuanto a la luna, como ya está mencionado, y según la alquimia, tiene una representación de lo impalpable, por tanto, los objetos lunares tienen un carácter pasivo y reflejante, como un espejo, por eso la bruja le pide al pescador bailar bajo la luna para liberar el alma del cuerpo (por eso y por un capricho de la brujita enamorada) porque por su carácter reflejante sería capaz de separar lo terrenal de lo espiritual, y como el ritual no concluyó como correspondía, la bruja le entregó un cuchillo con mango de víbora verde al pescador y le dio la indicación que se pusiera de espalda a la luna y con el arma cortara desde sus pies, su sombra, que, como ya se mencionó, es el cuerpo del alma, y tras eso le ordenase que se marchara, porque así tendría que hacerlo.
Una vez separados el cuerpo del alma vemos cómo comienza a configurarse el personaje principal, la sombra del pescador, y a través de sus acciones se crea una cosmovisión del protagonista carente de conciencia y corazón, se crea un tipo de personaje por medio de lo que dice y hace durante el tiempo que vagó por el mundo en busca de algo que él mismo desconocía. Consideremos que  esta búsqueda, este viaje, no es necesariamente una representación de los conocimientos socio-culturales del autor, sino que es ficción y nada más, producto de su imaginación. Como lo dijo Bajtín en su texto “Arte y responsabilidad”[2], no necesariamente el autor tendrá la misma experiencia anímica que el personaje, pero lo puede escribir porque imagina la situación, la representa simbólicamente por medio del personaje creado; así mismo es el autor quien guía al personaje por el camino ético y cognoscitivo.
Bajtín dice además que el interés vital del personaje está comprendido por el interés artístico del autor, es decir, a dónde quiere llegar el autor con el personaje. Por otra parte dice que para la objetividad estética el centro valorativo es la totalidad del personaje y del suceso que le concierne, a los cuales se les subordinan todos los valores éticos y cognoscitivos. En cuanto al autor, él es omnisciente, todo lo sabe, conoce los pensamientos del personaje, lo que piensan y harán los demás personajes incluso antes que ello ocurra, es decir antes que el personaje piense en algo, el autor ya sabe qué pensara y bajo qué circunstancias lo hará, decidirá qué camino deberá tomar el personaje, definirá una postura en la que el personaje se emplazará. En el caso de la historia que estamos tratando, se puede decir que el personaje no es autobiográfico y que todo lo que hubo vivido no fue más que una creación artística de Wilde, por lo tanto se libera de cualquier preconcepción que se le pudiera atribuir.
Siguiendo la línea interpretativa vemos lo que Grinor Rojo[3] nos dice: el mundo de la literatura es ficticio, por tanto, difiere  mucho del mundo real. Queda en evidencia esta aserción en el cuento porque la idea de una separación del alma, y que ella termine vagando por el mundo haciendo vilezas por culpa de la falta de aquel corazón, que tanto reclamó a la hora de regresar cada año a ver a su cuerpo, al pescador enamorado se hace más factible, más fácil de digerir.
Por otro lado muy acertado pareciera ser el pensar que Oscar Wilde  tenía clara  la finalidad de la obra al momento de introducir la figura femenina como una sirena, como algo inalcanzable para cualquiera, se las arregló para demostrar de qué manera la sociedad puede criticar y vapulear un hecho tan “maravilloso” (si es que se le puede llamar así) como es el amor. Wilde tenía la consciencia que el acto de escribir, como lo dijo Sartre[4], es un hecho social y el escritor debe estar profundamente convencido de ello, es responsable y se compromete con lo que escribe, por lo tanto, toda crítica hecha dentro de la historia es parte de un acto consciente y comprometido con sus propias palabras, es decir, él sabía lo que escribía cuando lo hacía, y por qué lo hacía y contra qué escribía.
En consecuencia, la crítica que deseaba esbozar en el fondo de su obra es  algo que se puede ver más allá de la escritura, aunque debemos considerar de todas maneras la forma en que utiliza el lenguaje, ya que es lo que da un sentido total a la obra, porque el lenguaje es “la casa del ser” tal como lo hubo dicho Heidegger y es por medio de esa lengua como nosotros le damos un sentido especial a la obra, cómo se inserta dentro de nuestro abanico cultural.
            A propósito de todo lo mencionado creemos que Wilde pretende evidenciar lo malo de la sociedad, dar una crítica fuerte por medio de la sombra del pescador, cómo el hombre carente de corazón es capaz de mentir y robar para su propio beneficio y avaricia, cómo es capaz de pasar por alto todo con tal de satisfacer su ambición, queda en evidencia lo mencionado gracias a las acciones realizadas por la sombra, cada historia relatada a su regreso a la playa denota toda esa perversidad propia de la humanidad, esa maldad intrínseca que tienen las personas y que por acto consciente lo reprimen, ese deseo de riqueza sin medida, si pensamos que la humanidad es mala, no parece raro pensar que todo lo que hizo la sombra no fue más que el deseo interno del pescador, un deseo maquiavélico que diferencia a los humanos de los animales, porque las personas parecen no sentirse satisfechas con lo que tienen en sus manos y lo que logran, siempre buscan más y más riqueza y poder, su deseo de más bienes materiales le hizo hacer lo que creyó necesario, como engañar y matar. Así una frase de Marx sale a la luz «la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valoración del mundo de las cosas.»[5]. Según la frase podemos decir que mientras más desee la persona menos valdrá, así mismo ocurrió con el pescador, la sombra deseó su riqueza, su satisfacción personal y el nivel humano cayó tanto que perdió la poca humanidad que le quedaba, dejando en segundo o tercer plano la bondad nacida del amor del pescador, porque no compartían el corazón.
            Después vemos como en todo el cuento se intenta enaltecer el amor por sobre los bienes materiales mencionados, en una interpelación que se da en cada regreso del alma y el pescador: “—El amor es mejor que la riqueza—exclamó —, y la sirenita me ama. —No, no hay nada mejor que la riqueza —Insistió el alma.”. Sin embargo, pierde todo efecto cuando la sombra regresa al pescador, aunque se puede considerar que no fue sino una manera de enseñar el valor del amor y la importancia que tiene el seguir una tradición más apegada a las leyes religiosas. En el fondo la obra intenta enseñar es ese valor tan desvalorizado en los tiempos actuales y otorgarle nueva vida e importancia, demostrar que no importan las diferencias, pues si hay amor todo es posible. Este tema del amor es fácil verlo y compararlos con las obras trágicas del pasado (pensando en Romeo y Julieta por ejemplo, que ambos amantes mueren por amor), porque la intertextualidad se ve presente en muchas obras literarias y esta no fue la excepción.
            Dándole los últimos retazos a este ensayo es posible citar a Benveniste, quien nos dice que: «La lengua del sujeto provee el instrumento de un discurso en el cual su personalidad se libera y se crea, sale al encuentro del otro y se hace reconocer por él… La lengua es un sistema común para todos; el discurso es el portador de un mensaje y el instrumento de la acción.». Esta frase implica una responsabilidad liberadora por parte de Wilde, quien quiso enseñar un valor importante por medio de su cuento, si bien es una historia fantástica no deja de ser rica en valores, el mensaje que quiso dar fue el del amor y la bondad, criticando de cierto modo la religión, y la mala voluntad frente a un sentimiento que a vista gorda parecía imposible, pero que de todas maneras se hizo realidad.
            Finalmente, es factible comentar que, aunque no se encuentran mayores descripciones de los lugares y los personajes (aunque sí ocurre con los personajes que la sombra observó ocasionalmente), puede uno situarse en el lugar y crearse una imagen de los personajes. Es bastante extraño encontrar una obra del siglo XIX que carezca prácticamente de descripciones y argumentaciones lógicas frente a lo ilógico (Pensando en las obras de Pöe), siendo eso es lo que llama más la atención del autor, porque prima la enseñanza que Wilde deseó transmitir por sobre el positivismo de la época. En cuanto a Oscar Wilde, sus obras tienen todas en la misma dirección, como El Amigo Fiel, El Gigante Egoísta, El Príncipe Feliz, El Famoso Cohete, entre otros muchos relatos, incluso su novela más conocida El Retrato de Dorian Grey, transmiten una enseñanza, y eso es lo que hace más interesante al autor y sus textos.




[1] Wirth, Oswald en Le Tarot Des Imagiers Du Moyen Age. París, 1927 (Traducción castellana en Teorema, Barcelona, 1985)
[2] Bajtín Mijael: Arte y Responsabilidad; Autor y personaje en la actividad estética Editorial Siglo Veintiuno Editores Argentina. Argentina, 1982.
[3] Rojo, Grinor, Diez tésis sobre la crítica. Lom Ediciones, Santiago de Chile. 2001.
[4] Sartre, Jean Paul, ¿Qué es Literatura? Losada, Buenos Aires, 1950.
[5] Marx, Carl: Manuscritos económicos y filosóficos 1844, activo al 05/05/2013:
 http://archivo.juventudes.org/textos/Karl%20Marx/Manuscritos%201844%20-%20El%20Salario.pdf,  

¡Bang- Bang!... Despierta

¡Bang- Bang!...  Despierta
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
Calderón de la Barca


Disparos… Oigo disparos, es fácil caer en paranoias después de leer el sueño de un hombre ridículo del ruso Dostoyevski. Pensar en la ridiculez de existir en un mundo lleno de ridiculeces que produce de forma ridículamente más ridiculez, no es fácil y menos para los simples mortales. Cuando la nubosidad de un día en la costa nos lleva en un trance existencial cuyo fin es el de ponernos a prueba dentro de una burbuja que no revienta (aunque no lo han intentado) llamado mundo, suelen decir las personas ¡Pero que absurdo o que ridículo es esto! Claro desde cierto punto tienen razón pero desde el otro su pensamiento no es más que otra ridiculez. Desde el punto de vista de la interpretación la obra puede situarse dentro de aquellas que no posee un fin determinado, el título ya desprende muchas cosas que sirven para un análisis determinado, por ejemplo el sueño como un sustantivo que arroja bastantes interrogantes por sus infinitas formas de plasmarse al momento de dormir, por otro lado el hombre como ente y ser –terminología heideggerina- de la cual se desprende la constante búsqueda de la verdad absoluta para encontrar sentido a la vida que lo rodea viviendo en la constante angustia de saber quién es y cuál es su permanecía dentro de él y el mundo, además de las ansias de poseer a la naturaleza en su totalidad dentro de sus manos,pero que no puede debido a que se reduce a un solo mamífero sin carne hambriento y sediento,y por último la ridiculez antes expuesta, que nos lleva a la contradicción más grande de saber si realmente lo que se plasma es ridículo o no.
Antes de analizar la obra en su plenitud se debe conocer el contexto que la envuelve, para quizás dilucidar  si aquel -como algunos llaman- contexto de producción contiene algunos matices dentro de su construcción de esta obra literaria. En primer lugar, conocer quien fue Dostoyevski servirá para dar pie a los demás contextos que existen, de él se puede decir que fue parte del existencialismo ruso (motor esencial para algunas de sus obras) a pesar de que en su época aun no estaba claro este término para encasillar sus pensamientos a este movimiento, esta filosofía nos habla sobre la constante batalla que existe entre el pesimismo y lo absurdo, como la lucha constante de estas dos fuerzas que chocan para lograr dar respuesta a las infinitas interrogantes del ser humano, buscar aquellas ventanas cuando las puertas se cierran con el afán de agarrarse de algo divino o mortal, la explicación constante de los sucesos en sus propias vidas, que los llevarán a una contienda en el límite estrecho entre sus creencias y/o pensamientos. En este sentido Bajtín dentro de su obra Estética de la creación verbal[1] nos habla de este fenómeno cuando utiliza el término autor-creador, esto se ve expuesto cuando algunos teóricos al momento de referirse a Dostoyevskidicen que son sus propios miedos los que se reflejan en la obra, Bajtín lo define de esta manera: “Esta actitud es la que saca al personaje del acontecimiento único y abierto del ser que abarca tanto a él como al autor-persona podido estar junto al autor, como compañero del acontecer vital, o en contra del autor, como su enemigo, o, finalmente como él mismo (…)”[2] lo que nos dice esta frase es que hay una disputa casi de egos entre el autor y su propio personaje, el mimetizarse de forma camaleónica para reflejar lo que a simple vista no puede expresar, ayuda al autor a sumergirse en su obra sin salir de ella, es decir, el autor busca  a través del existencialismo, la búsqueda contaste de su yo en otro yo, casi idéntico pero distinto.
Retomemos la obra, desde la mirada de la literatura y su convicción del estatuto autocontradictorio, es decir, que responde a las preguntas ¿Qué es verdad? y ¿Qué es falso? Dostoyevski dentro de su mundo de incalculable ridiculez deja la duda sobre el existencialismo del personaje y el sueño que este tiene, no se sabe dónde va, hacía adonde apunta o qué quiere lograr, solo se remite a lo insustancial a lo que el sueño mismo le puede entregar, cae en la interrogante de no saber qué es eso queno se nos quiere decir y que es disfrazado por una verdad que es falsa sin sustentos y sin puerto. Pero ¿Cómo hacer convivir aquello que no es sustancial con lo concreto? es como una luz imaginaria que solo el subconsciente es capaz de captar aquellas ondas que son imperceptibles por el hombre normal, aquellos impulsos que le dan vida a la vida misma, el corazón late solo cuando un choque eléctrico da vida al musculo y así sucesivamente hasta el final, un final que no  tiene verdad ni falsedad, la literatura entonces no es más que un choque de estas dos fuerzas  la lucha interminable por saber quién predomina.
Desde el punto de vista de la crítica, se contraponen dos corrientes para asegurar la correcta interpretación: El crítico ingenuo y perezoso v/s el nuevo crítico, el primero nos habla acerca de la tradición, ese traspaso de información que generación tras generación se ha intentado plasmar dentro de las personas, solo se ve el forma y no el fondo, es una interpretación literal, donde lo subjetivo ni los mensajes ocultos dentro del texto queda al olvido, el lenguaje les queda grande y su visión solo se centra en saber qué es lo que les ofrece cada página, una lectura por identificación, en cambio, el segundo es todo lo contrario, los nuevos análisis nos llevan a la construcción de una nueva forma de concebir la literatura, el camino que se traza esta vez no pasa por la luz, pasa por la sombra, por lo que se esconde, por lo que a simple vista no se puede captar del texto, el lenguaje dentro del mismo lenguaje para rescatar aquellos códigos que están camuflados entre tantos verbos, sustantivos, adjetivos y adverbios. Ahora desde la perspectiva del cuento y siguiendo el análisis de la obra, Dostoyevski desde una mirada de la antigua crítica, nos hace la pregunta de quizás cuantas personas leyeron el texto y se sintieron identificados con el personaje, el existencialismo como lenguaje barato para autoconvercer a las personas que siempre están en crisis y que no nada más lindo que el sufrir por sufrir con el simple hecho de seguir sufriendo, entonces la literatura baja a la nada y el mensaje que se quiso expresar queda reducido a simples cenizas, como diría Umberto Eco y su cultura de masa, proponer una figura y /o libro popular para gente popular con temáticas populares para tener a la población en calma, silenciados e ignorantes, por otra parte la interpretación de la crítica nueva, nunca habrá ceniza, la llamaolímpica siempre estará viva para las nuevas mentes pensantes que cada vez que lean ese lenguaje oculto encontrarán más y más interrogantes de las cuales desarrollar y así formar nuevas cosmovisiones sobre las palabras expuestas, así el texto siempre será enriquecido y su muerte se prolongará por mucho tiempo más o puede que nunca muera siempre y cuando sobreviva a la lecturas baratas.
El punto anterior está altamente relacionado con la siguiente forma de internalizar el texto y nos habla sobre el lenguaje empleado y su doble naturaleza, en ella podemos ver como el discurso empleado dentro del texto se puede analizar desde su naturaleza interna e externa, es decir, Barthes hace esta relación con las imágenes, él habla sobre la forma de concebir una imagen y lo que representa esta unión interpela con el lenguaje el fondo y la forma, existe una especie de se contraposición cuando las personas carecen o posee exceso de conocimiento, el que no contiene las herramientas intelectuales necesarias no podrán comprender el mensaje oculto dentro del texto solo hará una mirada sencilla acerca del objeto señalado y su opinión se extenderá a un simple, está bonito o no entendí, en cambio aquellas personas que internalizan en el texto poseen la capacidad para comprender todo aquello que no es visible ante los ojos y muchas veces ni por el mismo cerebro.
Cuando se recuerda alguna obra literaria o se conversa con alguna persona sobre literatura, siempre se recuerdan los mismo clásicos universales y que sirven como referentes de nuestras palabras y parte de nuestro imaginario, se convierten esas lecturas en clásicos que nos inspiran, los cuales son el motor para la compresión de las futuras generaciones, esos que con tan solo nombrar sus títulos, sus páginas o citas se vienen a la mente, esos donde el significado y significante son una hormiga en comparación con aquellos monstros de la literatura, son aquellos clásicos que nos brindan esa capacidad de no-retorno de una incomprensión tal, que cuando se piensa que ya se tiene a la respuestas o la claves para descifrar los códigos ocultos provienen dentro de su entrañas literarias nuevas interrogantes que hacen que todas esas concepciones quede reducidas y se tenga que volvera releer una y otra vez. Desde esta perspectiva el sueño de un hombre ridículo, ¿Será capaz de resolver las interrogantes infinitas o será un libro fácil de digerir y con moraleja sencillas como ciertas fábulas? El análisis que se debe tomar en cuenta en la complejidad del inicio, del desarrollo y el final de la obra, en el caso del texto el análisis mayor debe estar concentrado en el desarrollo y el final, ya que el primer quiebre de la obra es cuando se produce el sueño, el segundo es cuando lo “relata” y el tercero es el final en sí mismo el cual se narra de la siguiente forma: Me llevaron a sus casas. Todos querían tranquilizarme. No me preguntaron absolutamente nada, como si ya lo supieran todo y no tuvieran otro deseo que el de borrar cuanto antes de mi rostro las huellas del sufrimiento.[3]El hilo conductor de la lectura hace que las personas se pregunten cual es el destino del cuento, como aborda el tema del existencialismo, dónde nos llevan los sueños o la misma realidad que se tergiversa de manera constante, es un libro abierto, es decir, tanto como su inicio, desarrollo y final poseen diferentes rieles de conducción, el tren literario no sigue un curso definido y los rieles son obtusos y sin retorno, nada más queda el lenguaje y sus derivaciones para comprender su mensaje interno y externo.
Desde el punto de vista del narrador -ya mencionado anteriormente como autor-creador- otorga al texto la capacidad de Dostoyevski como un narrador omnisciente y tirano ya que aquella angustia que posee el personaje provoca tanto como al lector como a la misma narración, esa sensación de querer entrar dentro del texto y ayudar al personaje para poder así comprender su mundo. El narrador entonces se convierte una especie torturadora que refleja sus adicciones y sufrimientos en un personaje indefenso carente de carácter y ansiosa de saberes.
El autor al momento de escribir, además de poseer todas las características antes mencionadas esconde todo su lenguaje una intención, la cual recorrerá todo el texto como ríos hasta llegar al mar de dudas que encierra sus escritos, ya que no basta con ser un poema para revolucionar las mentes, también la prosa remueve las neuronas y el océano que sus letras provoca en el lector las sensaciones que ayudarán a enriquecer el texto, por ejemplo el principio del texto dice lo siguiente: SOY un hombre ridículo. Ahora me llaman loco. Esto representaría un ascenso de categoría si no continuara siendo tan ridículo como antes para la gente. Sin embargo, ahora ya no me enfado, todo el mundo me parece simpático y diría que más aún cuando se ríen de mí. Y mismo me reiría con los demás, no por querer reírme de mí, sino por amor a ellos. Lo haría si al contemplarlos no me causaran tanta pena. Me entristecen, porque no conocen la verdad y yo sí la conozco. ¡Qué duro, ay, ser el único en conocer la verdad! Pero cosa es ésta que nocomprenderán. No, no la comprenderán[4].Esta es la montaña y lo que sigue serán aquellos ríos que nutrirán el texto, con tan solo el comienzo de la obra deslumbra todo el existencialismo que posee el autor además ver la complejidad y deslumbrar cómo será el curso de la historia.
En conclusión el texto el sueño de un hombre ridículo, se puede analizar desde varias perspectivas, muchas de ellas asociadas al contexto de producción y el acercamiento de esta obra al existencialismo o desde la mirada del lenguaje como elemento que no es un sujeto comprensible, más bien un sujeto lleno de contradicciones verdaderas y subjetividades falsas, no obstante, el lenguaje utilizado y la clara inserción del existencialismo dentro de la obra, mueve todo el relato, los disparos son todas aquellas heridas que se tienen en la vida, que por el momento no son nada más que sufrimientos momentáneos pero que si se mantienen vivas como sueños recurrentes caerán en la ridiculez de pensar que nada tiene solución y que la vida es un constante en sueño como diría Calderón de la Barca, todos somos Segismundo, nadie es humano.



[1]Estética de la creación verbal. M.M. Bajtín. Siglo veintiuno editores. Traducción de Tatiana Bubnova. Primera edición en español, 1982. Octava edición en español, 1998. Primera edición en ruso, 1979. Título original: éstetikaslovesnogotvorchestva
[2]Estética de la creación verbal. M.M. Bajtín. Autor y personaje en la actividad estética: La actitud  del autor hacía el héroe.
[3]FedorDostoyevski. El sueño de un hombre ridículo. 1877.  Página 28 véase en: http://www.altera.net/nueva/libros/sueno.pdf
[4]FedorDostoyevski. El sueño de un hombre ridículo. 1877.  Página 9, véase en: http://www.altera.net/nueva/libros/sueno.pdf