Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

domingo, 19 de mayo de 2013

El ojo de Joyce[1]


Por Mizraim Bravo
Todo hace pensar que existe un cierto punto
del espíritu desde cual la vida y la muerte;
lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable
y lo incomunicable dejan de ser percibidos contradictoriamente.
André Breton: Segundo Manifiesto.

La literatura no es un viaje, es un vacíoad infinitum. Las puertas de la percepción son para siempre espacio. Sin tiempo: galería sin recuerdo, superposición de imágenes. Abdicar el  presente. Recordar el  futuro. Presentir el pasado. Cuando por fin comenzaba a sentir con algo que no fuera ese imaginario corazón de Morel.  Cuando por fin el cuerpo capitalista renuncia a su condición estatal y determinista es a través  de la literatura. Ayer por ejemplo matéuna mosca con el pensamiento como las categorías de Kant a las cosas, así mismo él a priori histórico renuncia a una simultaneidad o nodos de interacción, el tiempo es heredado, sugiere una sucesión de acontecimientos que imita la producción industrial del siglo xix pero dejemos que Rosseti y su poesía lo cante con mejor plectro que el mío:

Yo estuve aquí antes,
no sé decir cómo y cuándo

A Heráclito le debemos la metáfora del río interpretada por Platón, los Doxógrafos y tomada por Aristóteles: Aguas distintas fluyen sobre los que entran en los mismos ríos. Se esparce y… se junta… se reúne y se separa… se acerca y se va.Supongamos que aquel rio de Heráclito es el Leteo y el Leteo la primera fase de sueño NO REM donde se nos presentan terrores nocturnos, parasomnias las cuales no nos son posibles recordar. Ahora bien dormir, soñar, son abstracciones de tiempo que aprisiona la memoria.Fijar, impedir el movimiento. De allí su retórica de la atadura, del nudo, de lo que priva al Otro y así, por ley de contraste, restituye al sádico su total arbitrio, lo devuelve al estado inicial de posible absoluto, lo libera, lo “desata[2]”.Rosseti en sus primeros versos va desde el Leteo hacia la laguna de la Memoria:

Dije: “(Soy) el hijo de la Tierra y del estrellado Cielo. Estoy seco por la sed y me estoy muriendo; dame pues, agua fría que fluye de la laguna de la Memoria”. Y los reyes infernales se apiadarán de ti y te darán de beber de la laguna de la Memoria. Estás recorriendo un camino concurrido, un camino sagrado que también los otros ilustres iniciados y bacantes están siguiendo[3].
Hay un gesto de Li-Po para su muerte, ebrio y bacante, intenta atrapar la luna en el reflejo de un estanque. Nuestro recuerdo de Li-Po seria de un poeta chino, alcohólico que fallece ahogado. El gesto poético queda atrapado por  las dilataciones del pensar y registrar, patetismo minimalista: reducir la vida a una minúscula expresión para abarcarla en su totalidad. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer[4].
¿Todo es anterior: las mezquitas de Damasco, La alegría de la vida de Matisse, El dragón del Parque Güellde Gaudí, yo mismo escribiendo cada palabra de este ensayo, y usted, si usted del otro lado leyéndome? Nudo de tiempos es la memoria, boca llena de palabras, tocar una mano es tocar la mano de la muerte, no se puede esperar nada, el azar, amigo lector, es no recordar el lecho nupcial natal mortal[5]¿Hay acaso palabras escritas sobre las cosas tanto para usted y para mí?Los postulados de Berkeley asumen que la distancia no existe, que el tiempo es una fijación en la mente heredada para articular los actos en secuencias, narraciones, el film incongruente en desmedro de la fotografía. Suprimir en categorías las experiencias es invalidar la causalidad no aquella vulgar si no la que transforma cada acto en una monstruosidad irreparable y nos acerca a la simultaneidad absoluta de la irracionalidad. El cruce sobre un puente (imagen) es el cruce sobre un puente, quiero decir, que es la suma de eventualidades, personas, acontecimientos, irrupciones que puedan acontecer en aquella imagen de un puente. El tiempo tal como ahora usted, allá, lo está percibiendo distribuye las coincidencias, los rostros, las partes de los cuerpos:

Al revés que la articulación de múltiples cosas que la modernidad llama “mundo” la totalidad hegeliana no transcurre en el tiempo, ni tiene una relación externa con el tiempo, como ocurre claramente en Newton y en todo naturalismo moderno. El concepto produce internamente el tiempo, de modo que existencia ocurre en algo que, en nuestro lenguaje preñado de temporalidad, estamos obligados a llamar “presente absoluto”, mientras que los seres humanos, en tanto empíricos y finitos, lo experimentan (se experimentan) como sucesión[6].
Rosseti nos cuenta por un no sé, el quiebre con su tiempo. De ahí que sus cuadros se han siempre la Beatriz de Dante pero corruptible por la enfermedad de la musa prerrafaelista. Pero como dice Borges sigamos escuchando la música de Rosseti:

conozco el prado detrás de la puerta,
el dulce aroma penetrante,
los sonidos susurrantes,
las luces a lo largo de la costa.

Solipsismo del sujeto kantiano: solo conocemos lo que se nos presenta en la experiencia. Conocer las cosas antes de una experiencia es afirmar que el vacío precede al objeto como el ruido al silencio, daga fatal para el sistema de gobierno burgués que se impone en el poder político decapitando al rey y sentando las bases del Estado moderno a través de la soberanía del significante donde el espacio se transforma en el lugar de la propiedad privada y el pueblo es supeditado a la normalización de sus conductas a favor de un Estado, no hay lugar que no sea capital y cognoscible.  
En los versos anteriores Rosseti nos muestra tanto la vista, el olfato y el oído interpelados pero para completar, si me lo permite el lector (creo que es necesario completar para guiar mi idea de mejor forma, para que entre usted y yo haya una complicidad) agregaré el gusto y el tacto, estos cinco sentidos son dos  llaves: la primera me cierra por completo, la segunda, la sola figuración o simulacro de ella dispersa por completo la sucesión desplazando a su vez la voluntad de una voluntad. Tampoco estos sentidos (los que Rosseti describe) son los mismos a los cuales nos vemos sometidos diariamente, siendo estimulados por una serie de sensaciones artificiales para el sustento de un sistema económico, usted sabrá que hablo de una especie de suprasentido le daré un ejemplo: cuando estuvimos en la última cena de Jesús de Nazaret (no lo recordará, estaba ahí,  yo fui Judas) bebimos el vino y comimos del pan pero el vino era la sangre y el pan era el cuerpo del redentor. 10 de junio de 1963 ThichQuangDuc se quema a lo bonzo en una protesta en Vietnam, el fuego dibuja sobre la piel (la piel  es otro dibujo en blanco) del monje budista, el fuego ya no quema si no que lo purifica. Las sensaciones que se inscriben por encima de los sentidos pero a través de ellos son los Sentidos. Las palabras que se inscriben por sobre las cosas pero a través de ellas son la Literatura.No nos detengamos aquí, continuemos, que siga Rosseti:

Tú has sido mía antes;
no sé decir hace cuánto:
pero apenas esa golondrina remontó,
y giró tu cuello, algún velo cayó;
y lo supe al instante.

El cuerpo es el vehículo de una experiencia literaria y la muerte es su catalizadora. Para el poeta se despiertan las cosas, la golondrina es por antonomasia el animal de la migración, del traslado  Quandofiamutichelidon [ut taceredesinam]? (“¿Cuándo seré como una golondrina, así podré dejar de estar en silencio?”) Nos diceT.S. Eliot en su Tierra Baldía, la percepción de Rosseti desata el nudo y deja caer el velo que oculta a Dionisio y la tragedia corporal. El traspaso del siglo xvii al siglo xviiies la desaparición del cuerpo ensangrentado, cumbre del castigo, de la metáfora de Dios en la tierra (Rey), el cuerpo pasa de una tragedia (que nos aleja de la sociedad) a una comedia (que nos une a la sociedad).  El castigo tendera, pues, a convertirse en la parte más oculta del proceso penal. Lo cual lleva consigo varias consecuencias: la de que abandona el dominio de la percepción casi cotidiana, para entrar en el de la conciencia abstracta; se pide su eficacia a su fatalidad, no ha su intensidad visible; es la certidumbre de ser castigado, y no ya el teatro abominable, lo que debe apartar del crimen; la mecánica ejemplar del castigo cambia sus engranajes[7]. El cuerpo político se impone por sobre el cuerpo grotesco. Pero este cuerpo político comienza disentir, a volverse poroso en la poesía.

¿Había sido así antes?
¿No será que el vuelo concéntrico
del tiempo restaure nuestras vidas,
nuestro amor, a pesar de la muerte,
y nos traiga otro deleite noche y día?

El tiempo mismo trae conciencia del no tiempo, las coincidencias, el tacto leve de un  reencuentro,  tal vez cada Pequeña muerte nos acerque a la vida como a  nuestro antihéroe Hans Castorp en La Montaña Mágica:

-¡Oh! El amor no es nada si no es la locura, una cosa insensata, prohibida y una aventura en el mal. Si no es así es una banalidad agradable, buena para servir de tema a cancioncitas tranquilas en las llanuras.  Pero yo te he reconocido  y que he reconocido mi amor hacia a ti, sí, eso es verdad: yo ya te conocí, antiguamente, a ti y a tus maravillosos oblicuos, y tu boca y la voz con que me hablas; una vez ya, cuando era colegial, te pedí tu lápiz para entablar contigo una relación social, porque te amaba sin razonar, y es por eso, por mi antiguo amor hacia ti, por lo que me quedan esas marcas que Behrens ha encontrado en mi cuerpo y que indican que en otro tiempo yo estaba ya enfermo[8]
El cuerpo con sus marcas pasa a ser el depositario de los nudos, cual cicatrices desatándose, el sádico ahora nos pertenece, el masoquista se vuelve complaciente y la enfermedad agudiza y estimula los sentidos saturándolos. La salud, la Virtud son burguesas: cómodo diván donde clasifico el mundo. La enfermedad  es el hommo detritus,desiderátum del cuerpo es desgarrarse de un estado que niegue su degeneración. El tiempo burgués se impone en el cuerpo corruptible. Lo hace mecánico, parte de la infraestructura empresarial, para ello siente y educa. Colmar entonces derruye la producción capitalista, para el horror vacui el barroquismo del sádico quien ante el cuerpo en blanco edifica L'Empire des sens[9],o como para un estado zen la rabia de la delectación morosa.

Ahora, entonces, ¡con fortuna otra vez!
¡Duerman mis ojos la agitación de tus cabellos!
¿No yaceremos como hemos yacido,
y así, por amor de Amor,
el dormir y el despertar
no rompan ya sus cadenas?

   Que duerman si: la libertad , la decencia , la fraternidad, la prensa escrita, los cuatro puntos cardinales, el amor del siglo xviii, la redonda tierra, los héroes de pluma y espada, muera todo lo que no enferma y corrompa toda la porquería burguesa. Duerman si: los ojos, la sintaxis de las cosas, viviendo en eternas tinieblas(...) solo seguiré viendo a quienes no debía, más sin reconocer a los tan deseados. Cada vida se repite, la experiencia es ridícula: coger estas letras es para siempre. No aprendes solo recuerdas.


[1] Joyce no sufría miopía, lo aquejaba la  hipermetropía. La miopía hace que la visión lejana sea borrosa y la hipermetropía se destaca por reducir la visión próxima. Así explican los errores, la sintaxis de Joyce, yo disiento. La literatura de Joyce  más que un defecto visual es la simultaneidad fotográfica, ante el defecto físico, enfermo nuestro cerebro opera de dos dimensiones: tiempo y espacio. La máquina fotográfica, que no piensa las imágenes, sólo actúa en el espacio, y las registra simultáneamente, sin necesidad de recorrerlas en el tiempo para efectuar el tránsito. (Nota del traductor, J. Salas Subirat. Ulises, James Joyce, pág. Xi. Editorial Planeta).
[2] Severo Sarduy, Escrito sobre un cuerpo, Del Ying al Yang. Editorial Sudamericana, 1969, Buenos Aires, Argentina. Pág 11.
[3]G. S. Kirk, J. E. Raven, M. Shofield, Los filósofospresocráticos. Editorial Gredos 2006, Barcelona. Pág. 55.
[4]J. L. Borges, El memorioso Funes, véase en http://www.literatura.us/borges/funes.html
[5] J. Joyce, Ulises, cap. 3 Proteo.Editorial Planeta. Barcelona, España. Pág.48
[6]C. Pérez Soto, Sobre Hegel. Cap iv Las operaciones hegelianas. Editorial LOM 2010 , Santiago, Chile. Pág 47.
[7]M. Foucault, Vigilar y Castigar, cap. 1: El cuerpo de los condenados. Editorial Siglo xxi, 2002, Buenos Aires, Argentina. Pág. 17.
[8]T. Mann, La Montaña Mágica(Noche de Walpurgis). Editorial Planeta, 1974, Barcelona, España. Pág. 574-575
[9] En Japón  Ai no korîda, en español El imperio de los sentidos, deliciosa película BDSM (B: bondage. D: disciplina, dominación. S: sumisión y sadismo. M: masoquismo) de NagisaOshima en la cual influyeron el pensamiento de George Baitaille y Michel Leiris . Censurada en su estreno.

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