Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

sábado, 18 de mayo de 2013

El hombre y sus posibilidades


Por Bárbara Gálvez
“Los seres humanos no nacen para siempre
el día que sus madres los alumbran,
sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”
Gabriel García Márquez

            La tía Sauvage, narración escrita por Guy de Maupassant, será nuestra fuente de análisis y asociación de conceptos ligados a la obra Ser y Tiempo de Heidegger (1927), que es considerada una de las obras más importantes de la filosofía, el cual a grandes rasgos es un libro existencial, y su autor considerado el pensador más importante del siglo xx. Pues bien, la interrogante principal de este análisis será ¿Quién representa el “dasein” en el relato de La tía Sauvage?
            Para ello haremos alusión a lo que significa “dasein”, sus posibilidades en el mundo a la existencia autentica e inauténtica, el lenguaje y el tema de la muerte. Y cómo se puede relacionar esto con el cuento de Maupassant, que es anterior a estas ideas filosóficas.
            Guy de Maupassant fue un escritor francés representante del Naturalismo, movimiento artístico que surge en Francia de la mano de Zola en la segunda mitad del siglo XIX como evolución de los rasgos del Realismo. Como naturalista el autor retrata la sociedad francesa de la época, reflejándola tal cual como la ve; con ambientes degradados, personajes marginados y las situaciones más escandalosas. Y muy ligado a la situación política del país.
            El relato al cual me referiré, cuenta la historia de una vieja campesina que vive en soledad debido a la muerte de su marido, y a la espera de que regrese su hijo de la guerra, ya que participaba en el regimiento francés. La tranquilidad –si puede llamarse de ese modo a la vida que llevaba- se vio afectada cuando llegaron cuatro soldados prusianos, a habitar su casa y gozar de techo y comida. Situación que era normal y recurrente en aquellos tiempos. Estos hombres se comportan de buena manera con la vieja,  la ayudan con las pequeñas tareas domésticas, en ningún momento aparece un episodio violento hacia ella, ni de rechazo o negación por parte de la vieja en atenderlos. Podría haber sido esperable que se presentara cierto choque entre ellos, ya que son soldados enemigos en una tierra que ellos han invadido, pero supongo que la gente del pueblo aceptaba esta situación como algo cotidiano y que no podían cambiar. Incluso el autor llega a mencionar que la vieja les había tomado afecto a sus “allegados enemigos”. Ya que como dice en el texto:
“Los campesinos no sienten los odios patrióticos; esto se queda para las clases superiores. Los humildes, los que pagan más que nadie porque son pobres y toda carga nueva los abruma; los que se hacen matar en masa; los que constituyen la verdadera carne de cañón, porque con ellos se forma la cantidad; los que más cruelmente sienten las atroces desdichas de la guerra, porque son los más débiles y de menos resistencia, no alcanzan a comprender estos ardores belicosos, nuestro excitable sentido del honor y las pretendidas combinaciones políticas que aniquilaban en seis meses a dos naciones, lo mismo a la vencedora que a la vencida”.
            Pero todo cambia cuando la vieja recibe la noticia de que su hijo ha muerto en combate frente a los prusianos. Fue en ese momento cuando comenzaron a surgir en su mente distintas ideas. Los hizo dormir en el granero junto a sacos de heno para que durmieran más abrigados, ellos no protestaron ya que confiaban en ella. No sabían que estaba preparando una pequeña venganza; más tarde le prendió fuego a la casa entera.
            La tía Sauvage, que en francés su nombre es sinónimo de salvaje, brutal, bestial, podría encajar con la personalidad ruda de la vieja. Pero también con su actuar frente a esos hombres que aparentemente no le habían ocasionado ningún daño, salvo el de habitar su casa. Lo veo como una forma de revelarse frente a la guerra que le había arrebatado a su hijo y tenia en su casa cuatro representantes de Prusia de los cuales podía tomar venganza sin ningún tipo de remordimiento después, ni pedir comprensión, ni benevolencia a los oficiales prusianos, esperó con calma su fusilamiento.
            El fuerte de descripción de este autor son los personajes campesinos y la gente del pueblo, forman el grupo más representativo de sus cuentos, generalmente sus personajes tienen algún rasgo diferenciador, casi siempre físico, junto con aspectos sombríos de su personalidad. La tía Sauvage se nos describe como una mujer alta pero ligeramente encorvada, además de ruda:
“Hay que decir que no tenía miedo a nada, porque era del mismo temple que sus hombres: alta, enjuta y ruda; pocas veces se le veía reír y jamás gastaba una broma. Conviene hacer constar que las campesinas se ríen muy poco. ¡Eso queda para sus hombres! Como su vida es triste y lúgubre, su alma es también melancólica y limitada. El campesino se contagia en la taberna un poco de alegría bulliciosa; pero su compañera no pierde nunca la seriedad y mantiene siempre una expresión severa. Los músculos de su rostro no han aprendido los movimientos de la risa”.
            A pesar de esa visión en contrafuerte de los campesinos que el novelista nos trasmite, hay que señalar también que, en tiempos difíciles, saben comportarse y estar a la altura de las circunstancias, tanto los campesinos como las campesinas. Por ejemplo, frente a la ocupación prusiana, deben alojar en su casa a los soldados ocupantes. Entonces, si no el sentimiento patriótico del que apenas dan muestras, según el novelista, pero sí la sed de venganza por algún hijo o familiar muerto en combate o la rabia por tener que alimentar inútilmente una boca, la del invasor que se aloja obligatoriamente en la casa, convierten a estos campesinos normandos en héroes, a pesar de su natural cobardía.
            En el cuento lo vemos con la acción de la tía Sauvage al final con los soldados, a los cuales quema vivos encerrados en la casa, aparentemente por venganza. Puede sorprendernos este final, ya que a lo largo de la narración la protagonista no demostró ningún tipo de rabia ni malestar por la presencia de estos hombres. Todo cambió cuando supo de la muerte de su hijo.
            En varios de sus cuentos, como en Bola de sebo por ejemplo, Maupassant se queja amargamente de la invasión de Francia por los prusianos, de la poca resistencia que se fue capaz de oponer. Los grandes resistentes ahora eran las gentes del pueblo, en especial los campesinos y las mujeres despreciadas por los bien pensantes, es decir, las putas; aunque, como es natural, cada uno a su manera. A ellos nos los muestra como los verdaderos resistentes, aunque luego eran otros, los militares, los que se lleven las condecoraciones. Los demás, sobre todo la burguesía grande o pequeña, que temían perder algo o mucho, optaron en mayor o menor medida por algún tipo de colaboración con el invasor.
            Diríamos que la historia está en torno a las personas “externas” a la guerra pero que también sufren, lleva un discurso social que se enmarca en el contexto histórico mencionado.
            El hombre, lo que Heidegger va a llamar “dasein” -que significa Ser-Ahí- es el ser que está arrojado en el mundo (ser-en-el-mundo); el hombre existencial, que se angustia por la idea de la nada, que muere, el hombre que puede tener una vida autentica e inauténtica. Este primer concepto encierra todas las categorías fundamentales de su filosofía. Por tanto la propia mujer, que esta arrojada en este mundo marchitado por la guerra es el “dasein” que debe sufrir en silencio ciertas cosas, por ejemplo que no deja de pensar un solo momento en su propio hijo.
            Luego tenemos que este “dasein” esta arrojado a sus posibilidades; el hombre antes que realidad es posibilidad. Por ejemplo ahora mismo que estoy escribiendo este ensayo existe la posibilidad que se me retire a tomar un café, que me duerma o me vaya de paseo, etc. son posibilidades que pueden ser infinitas. Pero hay una POSIBILIDAD que es la mayor de todas las anteriores que está en cada una de ellas y que es la de morir. En todo lo que mencione y lo que el lector puede imaginarse como posibilidad, en toda ellas puedo morir. La posibilidad de morir en uno de mis posibles. Este puede ser un aspecto sombrío de la filosofía de Heidegger pero será un tema recurrente en toda la corriente existencialista. Y Heidegger dice algo más: el hombre se pasa la vida tratando de ocultar y de que le oculten que es un ser para la muerte.
            Y el hombre para negar este aspecto de la muerte se entrega a una existencia inauténtica, el dasein inauténtico se entrega al mundo del “se dice”, por ejemplo; se dice que hay que leer tal libro, tal diario, que hay que ver tal película, tal programa, etc. todo lo que venga desde afuera lo acepta, es decir, vive en el modo de la pasividad. Así está inmerso en el mundo de lo anónimo, se quiere unir a esta masa de anónimos para no pensar por sí mismo y para no reconocer que la muerte en algún momento inexorablemente será una experiencia suya y que nadie puede morir por él.
            Por otro lado  lo que fundamenta la existencia autentica es que este enfrenta y acepta la muerte. Sabe que va a morir y eso le da densidad a su existencia, está separado del mundo del “se dice” -que se mencionó anteriormente- el es él, en consecuencia elige lo que lee, lo que ve, dice lo que quiere. Y lo más importante es que enfrenta la angustia que le provoca saber que nadie puede morir por él.
            La tía Sauvage pasa por las dos etapas en el principio se presenta con una existencia inauténtica; recibe sin protestar a los soldados prusianos, no hace ningún ademan de rechazo hacia ellos. El pueblo está de acuerdo en hospedar a estos hombres que han invadido su tierra, tal vez porque no les quedaba otra opción, pero la tía Sauvage no mostro ser diferente y en un principio se mantuvo en el anonimato evitando conflictos, con esto  pudo haber estado evitando la muerte.
            Más tarde cuando recibe la noticia de que su hijo había muerto de la forma tan horrible como la describió el soldado, compañero de batalla de su hijo, que al menos podría haber tenido mayor delicadeza en comunicar la muerte del joven. No era necesario decirle que la bala lo partió en dos. Sin embargo, la corriente naturalista del escritor lo obliga a describir tan macabramente estos episodios. Es en ese momento en que tía Sauvage cambia de actitud, reacciona frente a su vida y las cosas que está aceptando, ayudando al enemigo en su propia casa. Sabe que su plan le traerá la muerte, pero no le importa, la enfrenta y da paso a su autenticidad. Esta arrojada a esta situación, en la cual un “Siento luego existo” la lleva a cometer el crimen. Menciono el concepto de sentir ya que es el sentimiento de dolor, el sentimiento de madre es que la hace cambiar de actitud, aparentemente no hay un motivo real debido a que los hombres se comportaron de buena manera con ella, y claramente no eran los asesinos reales de su hijo. Sin embargo representaban al enemigo y descargo sus emociones en ellos. Al finalizar su crimen la gente que acudió a verla la encontró tranquila y satisfecha, ni siquiera negó los hechos confesó enseguida haciendo honor a su nombre.
            De todas las infinitas posibilidades de las que ese ser pudo haber escogido, eligió la venganza y lo afirmó diciendo –voy a ocuparme de ustedes-. ¿De qué otra forma podría haber actuado?
            Otro tema presente en la filosofía de Heidegger es del lenguaje, “Pero el hombre no es solo un ser vivo que junto a otras facultades posea también la del lenguaje. Por el contrario, el lenguaje es la casa del ser: al habitarla el hombre ex-siste, desde el momento en que, guardando la verdad del ser, pertenece a ella” [1]
            El lenguaje con el cual podemos crear universos enteros, es parte del ser porque todo lo que decimos reside en nuestros pensamientos, y es morada de la esencia del hombre porque sin el lenguaje el hombre pierde su esencia al perder la manera de comunicarse con los demás. En el pensar el ser llega al lenguaje, en su morada habita el hombre. Los pensadores y poetas son los guardianes de esa morada, que consiste en llevar a cabo la manifestación del ser, en la medida en que, mediante su decir, ellos la llevan al lenguaje y allí la custodian.
            El contexto del siglo xix, y el conflicto de la guerra franco-prusiana conducen a Maupassant a retratar y expresar lo que sucede con la gente tal cual como él lo percibe. Creando este ambiente y esta historia que podría ser real, con el lenguaje crea este mundo en el cual los campesinos y la clase marginada sufren las consecuencias del clima hostil que el autor retrata muy bien. Al principio describe los bellos paisajes hasta que ve las ruinas de la casa quemada y comienza la historia de la tia Sauvage que superficialmente es una vieja solitaria, pero que al final nos lleva a la reflexión junto con los elementos de Heidegger.
Sobre el lenguaje podemos agregar mencionar “la doble naturaleza del lenguaje” [2] este doble discurso que podemos encontrar en la lectura texto.  Un discurso que apunta al exterior, a lo explícito, lo superficial. Y el otro al  interior, a lo profundo, a lo no dicho. Este autor nos dice que es a esta última a lo que hay que enfatizar.

[1] Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo, Versión de Helena Cortés y Arturo Leyte, Alianza, Madrid.
[2] Roland Barthes: La muerte del autor.  El susurro del lenguaje: Más allá de la palabra de la escritura. Editorial Paidós. 1967 Páginas 65- 72

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