Por Bárbara
Gálvez
“Los seres humanos no
nacen para siempre
el día que sus madres
los alumbran,
sino que la vida los
obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.”
Gabriel García Márquez
La tía Sauvage,
narración escrita por Guy de Maupassant, será nuestra fuente de análisis y
asociación de conceptos ligados a la obra Ser y Tiempo de Heidegger (1927), que es considerada una de las obras más
importantes de la filosofía, el cual a grandes rasgos es un libro existencial,
y su autor considerado el pensador más importante del siglo xx. Pues bien, la
interrogante principal de este análisis será ¿Quién representa el “dasein” en
el relato de La tía Sauvage?
Para ello haremos alusión a lo
que significa “dasein”, sus posibilidades en el mundo a la existencia autentica
e inauténtica, el lenguaje y el tema de la muerte. Y cómo se puede relacionar
esto con el cuento de Maupassant, que es anterior a estas ideas filosóficas.
Guy de Maupassant fue un escritor francés representante
del Naturalismo, movimiento artístico que surge en Francia de la mano de Zola
en la segunda mitad del siglo XIX como evolución de los rasgos del Realismo. Como
naturalista el autor retrata la sociedad francesa de la época, reflejándola tal
cual como la ve; con ambientes degradados, personajes marginados y las
situaciones más escandalosas. Y muy ligado a la situación política del país.
El relato al cual me referiré, cuenta la historia de una
vieja campesina que vive en soledad debido a la muerte de su marido, y a la
espera de que regrese su hijo de la guerra, ya que participaba en el regimiento
francés. La tranquilidad –si puede llamarse de ese modo a la vida que llevaba-
se vio afectada cuando llegaron cuatro soldados prusianos, a habitar su casa y
gozar de techo y comida. Situación que era normal y recurrente en aquellos
tiempos. Estos hombres se comportan de buena manera con la vieja, la ayudan con las pequeñas tareas domésticas, en
ningún momento aparece un episodio violento hacia ella, ni de rechazo o
negación por parte de la vieja en atenderlos. Podría haber sido esperable que
se presentara cierto choque entre ellos, ya que son soldados enemigos en una
tierra que ellos han invadido, pero supongo que la gente del pueblo aceptaba
esta situación como algo cotidiano y que no podían cambiar. Incluso el autor
llega a mencionar que la vieja les había tomado afecto a sus “allegados enemigos”.
Ya que como dice en el texto:
“Los
campesinos no sienten los odios patrióticos; esto se queda para las clases
superiores. Los humildes, los que pagan más que nadie porque son pobres y toda
carga nueva los abruma; los que se hacen matar en masa; los que constituyen la
verdadera carne de cañón, porque con ellos se forma la cantidad; los que más
cruelmente sienten las atroces desdichas de la guerra, porque son los más
débiles y de menos resistencia, no alcanzan a comprender estos ardores
belicosos, nuestro excitable sentido del honor y las pretendidas combinaciones
políticas que aniquilaban en seis meses a dos naciones, lo mismo a la vencedora
que a la vencida”.
Pero todo cambia cuando la vieja recibe la noticia de que
su hijo ha muerto en combate frente a los prusianos. Fue en ese momento cuando
comenzaron a surgir en su mente distintas ideas. Los hizo dormir en el granero
junto a sacos de heno para que durmieran más abrigados, ellos no protestaron ya
que confiaban en ella. No sabían que estaba preparando una pequeña venganza;
más tarde le prendió fuego a la casa entera.
La tía Sauvage, que en francés su nombre es sinónimo de
salvaje, brutal, bestial, podría encajar con la personalidad ruda de la vieja.
Pero también con su actuar frente a esos hombres que aparentemente no le habían
ocasionado ningún daño, salvo el de habitar su casa. Lo veo como una forma de
revelarse frente a la guerra que le había arrebatado a su hijo y tenia en su
casa cuatro representantes de Prusia de los cuales podía tomar venganza sin
ningún tipo de remordimiento después, ni pedir comprensión, ni benevolencia a
los oficiales prusianos, esperó con calma su fusilamiento.
El fuerte de
descripción de este autor son los personajes campesinos y la gente del pueblo,
forman el grupo más representativo de sus cuentos, generalmente sus personajes
tienen algún rasgo diferenciador, casi siempre físico, junto con aspectos sombríos
de su personalidad. La tía Sauvage se nos describe como una mujer alta pero
ligeramente encorvada, además de ruda:
“Hay
que decir que no tenía miedo a nada, porque era del mismo temple que sus
hombres: alta, enjuta y ruda; pocas veces se le veía reír y jamás gastaba una
broma. Conviene hacer constar que las campesinas se ríen muy poco. ¡Eso queda
para sus hombres! Como su vida es triste y lúgubre, su alma es también
melancólica y limitada. El campesino se contagia en la taberna un poco de
alegría bulliciosa; pero su compañera no pierde nunca la seriedad y mantiene
siempre una expresión severa. Los músculos de su rostro no han aprendido los
movimientos de la risa”.
A pesar
de esa visión en contrafuerte de los campesinos que el novelista nos trasmite,
hay que señalar también que, en tiempos difíciles, saben comportarse y estar a
la altura de las circunstancias, tanto los campesinos como las campesinas. Por
ejemplo, frente a la ocupación prusiana, deben alojar en su casa a los soldados
ocupantes. Entonces, si no el sentimiento patriótico del que apenas dan
muestras, según el novelista, pero sí la sed de venganza por algún hijo o
familiar muerto en combate o la rabia por tener que alimentar inútilmente una
boca, la del invasor que se aloja obligatoriamente en la casa, convierten a
estos campesinos normandos en héroes, a pesar de su natural cobardía.
En el cuento lo vemos con la acción
de la tía Sauvage al final con los soldados, a los cuales quema vivos
encerrados en la casa, aparentemente por venganza. Puede sorprendernos este
final, ya que a lo largo de la narración la protagonista no demostró ningún
tipo de rabia ni malestar por la presencia de estos hombres. Todo cambió cuando
supo de la muerte de su hijo.
En
varios de sus cuentos, como en Bola de
sebo por ejemplo, Maupassant se queja
amargamente de la invasión de Francia por los prusianos, de la poca resistencia
que se fue capaz de oponer. Los grandes resistentes ahora eran las gentes del
pueblo, en especial los campesinos y las mujeres despreciadas por los bien
pensantes, es decir, las putas; aunque, como es natural, cada uno a su manera.
A ellos nos los muestra como los verdaderos resistentes, aunque luego eran
otros, los militares, los que se lleven las condecoraciones. Los demás, sobre
todo la burguesía grande o pequeña, que temían perder algo o mucho, optaron en
mayor o menor medida por algún tipo de colaboración con el invasor.
Diríamos que la historia está en
torno a las personas “externas” a la guerra pero que también sufren, lleva un
discurso social que se enmarca en el contexto histórico mencionado.
El hombre, lo que Heidegger va a
llamar “dasein” -que significa Ser-Ahí- es el ser que está arrojado en el mundo
(ser-en-el-mundo); el hombre existencial, que se angustia por la idea de la
nada, que muere, el hombre que puede tener una vida autentica e inauténtica.
Este primer concepto encierra todas las categorías fundamentales de su filosofía.
Por tanto la propia mujer, que esta arrojada en este mundo marchitado por la
guerra es el “dasein” que debe sufrir en silencio ciertas cosas, por ejemplo
que no deja de pensar un solo momento en su propio hijo.
Luego tenemos que este “dasein” esta
arrojado a sus posibilidades; el hombre antes que realidad es posibilidad. Por
ejemplo ahora mismo que estoy escribiendo este ensayo existe la posibilidad que
se me retire a tomar un café, que me duerma o me vaya de paseo, etc. son
posibilidades que pueden ser infinitas. Pero hay una POSIBILIDAD que es la
mayor de todas las anteriores que está en cada una de ellas y que es la de
morir. En todo lo que mencione y lo que el lector puede imaginarse como
posibilidad, en toda ellas puedo morir. La posibilidad de morir en uno de mis
posibles. Este puede ser un aspecto sombrío de la filosofía de Heidegger pero
será un tema recurrente en toda la corriente existencialista. Y Heidegger dice
algo más: el hombre se pasa la vida tratando de ocultar y de que le oculten que
es un ser para la muerte.
Y el hombre para negar este aspecto
de la muerte se entrega a una existencia inauténtica, el dasein inauténtico se
entrega al mundo del “se dice”, por ejemplo; se dice que hay que leer tal
libro, tal diario, que hay que ver tal película, tal programa, etc. todo lo que
venga desde afuera lo acepta, es decir, vive en el modo de la pasividad. Así está
inmerso en el mundo de lo anónimo, se quiere unir a esta masa de anónimos para
no pensar por sí mismo y para no reconocer que la muerte en algún momento
inexorablemente será una experiencia suya y que nadie puede morir por él.
Por otro lado lo que fundamenta la existencia autentica es
que este enfrenta y acepta la muerte. Sabe que va a morir y eso le da densidad
a su existencia, está separado del mundo del “se dice” -que se mencionó
anteriormente- el es él, en consecuencia elige lo que lee, lo que ve, dice lo
que quiere. Y lo más importante es que enfrenta la angustia que le provoca
saber que nadie puede morir por él.
La tía Sauvage pasa por las dos
etapas en el principio se presenta con una existencia inauténtica; recibe sin
protestar a los soldados prusianos, no hace ningún ademan de rechazo hacia
ellos. El pueblo está de acuerdo en hospedar a estos hombres que han invadido
su tierra, tal vez porque no les quedaba otra opción, pero la tía Sauvage no
mostro ser diferente y en un principio se mantuvo en el anonimato evitando
conflictos, con esto pudo haber estado
evitando la muerte.
Más tarde cuando recibe la noticia
de que su hijo había muerto de la forma tan horrible como la describió el
soldado, compañero de batalla de su hijo, que al menos podría haber tenido
mayor delicadeza en comunicar la muerte del joven. No era necesario decirle que
la bala lo partió en dos. Sin embargo, la corriente naturalista del escritor lo
obliga a describir tan macabramente estos episodios. Es en ese momento en que tía
Sauvage cambia de actitud, reacciona frente a su vida y las cosas que está
aceptando, ayudando al enemigo en su propia casa. Sabe que su plan le traerá la
muerte, pero no le importa, la enfrenta y da paso a su autenticidad. Esta
arrojada a esta situación, en la cual un “Siento luego existo” la lleva a
cometer el crimen. Menciono el concepto de sentir ya que es el sentimiento de
dolor, el sentimiento de madre es que la hace cambiar de actitud, aparentemente
no hay un motivo real debido a que los hombres se comportaron de buena manera
con ella, y claramente no eran los asesinos reales de su hijo. Sin embargo
representaban al enemigo y descargo sus emociones en ellos. Al finalizar su
crimen la gente que acudió a verla la encontró tranquila y satisfecha, ni
siquiera negó los hechos confesó enseguida haciendo honor a su nombre.
De todas las infinitas posibilidades
de las que ese ser pudo haber escogido, eligió la venganza y lo afirmó diciendo
–voy a ocuparme de ustedes-. ¿De qué otra forma podría haber actuado?
Otro tema presente en la filosofía
de Heidegger es del lenguaje, “Pero
el hombre no es solo un ser vivo que junto a otras facultades posea también la
del lenguaje. Por el contrario, el lenguaje es la casa del ser: al habitarla el
hombre ex-siste, desde el momento en que, guardando la verdad del ser,
pertenece a ella” [1]
El lenguaje con el cual podemos
crear universos enteros, es parte del ser porque todo lo que decimos reside en
nuestros pensamientos, y es morada de la esencia del hombre porque sin el
lenguaje el hombre pierde su esencia al perder la manera de comunicarse con los
demás. En el pensar el ser llega al lenguaje, en su morada habita el hombre.
Los pensadores y poetas son los guardianes de esa morada, que consiste en
llevar a cabo la manifestación del ser, en la medida en que, mediante su decir,
ellos la llevan al lenguaje y allí la custodian.
El contexto del siglo xix, y el
conflicto de la guerra franco-prusiana conducen a Maupassant a retratar y
expresar lo que sucede con la gente tal cual como él lo percibe. Creando este
ambiente y esta historia que podría ser real, con el lenguaje crea este mundo
en el cual los campesinos y la clase marginada sufren las consecuencias del
clima hostil que el autor retrata muy bien. Al principio describe los bellos
paisajes hasta que ve las ruinas de la casa quemada y comienza la historia de
la tia Sauvage que superficialmente es una vieja solitaria, pero que al final
nos lleva a la reflexión junto con los elementos de Heidegger.
Sobre el
lenguaje podemos agregar mencionar “la doble naturaleza del lenguaje” [2] este doble discurso que podemos encontrar en la lectura texto. Un discurso que apunta al exterior, a lo
explícito, lo superficial. Y el otro al
interior, a lo profundo, a lo no dicho. Este autor nos dice que es a
esta última a lo que hay que enfatizar.
[1]
Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo, Versión de Helena Cortés y Arturo
Leyte, Alianza, Madrid.
[2] Roland Barthes: La muerte del autor. El susurro
del lenguaje: Más allá de la palabra de la escritura. Editorial Paidós. 1967
Páginas 65- 72
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