Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

miércoles, 17 de julio de 2013

VIDA EN SOCIEDAD: LOCURA INMANENTE

Por Francisco Jiménez Lizana

 La locura no se puede encontrar en estado salvaje. La locura no existe sino en una sociedad, ella no existe por fuera de las formas de la sensibilidad que la aíslan y de las formas de repulsión que la excluyen o la capturan.
Michael Foucault

A lo largo de la historia de la humanidad se han presentado innumerables casos de demencias ya no individuales sino que sociales, la mayor de ellas es pensar que las enfermedades tienen su cuna en los más desposeídos, se cree que ellos las provocan (los iletrados, incultos, quienes no leen), mientras que los más pudientes (cultos, escritores, eruditos) son los médicos que tratan de darle solución o aislarlas con antibióticos dentro de quienes las portan. Sin embargo, la enfermedad más letal de todas la llevamos con nosotros desde que nacemos: el lenguaje, que muchas se puede volver en contra de la misma persona que lo ocupa a su favor como le sucedió al médico Andréi Efímich de El pabellón número seis de Chejov.
            Según la lingüística y otras ciencias, el lenguaje es el arma más poderosa que tiene el hombre y es el que forma en el hombre una mente roída por los propios pensamientos del mundo. Según Chomsky la facultad que tiene cada ser humano para formar mensajes es innata, pero ese mensaje ¿es un aliciente a la demencia o nos libera de la esclavitud de ella misma? Hay un caso en la obra de Chejov perteneciente a Dmítrich Grómov que es una especie de loco cuerdo que vaga entre lo absurdo y rea, lo que provoca una lucha interna contra él mismo y sus pensamientos y acciones; es un tipo de loco cuya patología se remite a poseer una licencia de mente de hombre sano. En este caso, surge la dualidad del animal versus el hombre, la primera es el hombre con características de demencia mental y la segunda es demencia mental con características de animal, es decir, el hombre es un simple animal que razona por medio de esta enfermedad colectiva: el lenguaje.
            El lenguaje debería ser un elemento que nos haga más personas, más humanos, a pesar de no cumplirse ello, nos somete a un estado de deshumanización, nos encarcela en nuestra propia libertad. Siguiendo el hilo del lenguaje, el pensamiento de los literatos es el medicamento que nos hace falta para volver en sí, es un tipo de medicina extraída de la propia enfermedad, no en vano se dice que la cura de las enfermedades está en ellas mismas. El caso más excepcional es el del propio doctor Efímich, el cual al estar rodeado de tanta locura, termina siendo un paciente más del hospital psiquiátrico, quedando en claro que nadie está completamente sano; estamos todos propensos a adquirir una enfermedad, sin dejar de lado las que llevamos a cuestas sin saberlo. Aquel literato que pretende plasmar sus palabras se convierte en el loco de atar, que sin duda alguna es el loco más cuerdo de todos.
            La creación de relatos, novelas o un simple escrito es una forma de buscar la realidad dentro de toda esta locura social, es la vuelta a la cordura, cordura que se puede plasmar en un salón de clases, donde el profesor es el médico Efímich tratante y los alumnos Grómov, Nikita o Averianich como aquellos locos que desean beber de esta locura que da de tomar el mismo profesor. Según Sigmund Freud la locura pertenece al destino mismo del hombre y ella es fruto de las vacilaciones de esta y agregar que para él la mayor histeria lograda es la literatura, siendo un ejemplo claro de ello Dostoievski y su histeria fecundada en la neurosis, la suerte del loco cuerdo.
            La conexión que podemos dar a conocer entre locura, sociedad y lenguaje es tan abultada que se podría escribir algo más que un libro, pero para ahondar un poco más en el tema, está Michael Foucault y su obra Historia de la locura donde plantea que el origen de la locura radicaría en los efectos que causa la sociedad en cada una de las personas, influencias que pueden ser de tipo: socio-económicos, institucionales, discursos y algunas manifestaciones con rasgos culturales. De este modo Foucault desmiente el mito de que la demencia se origina naturalmente, al contrario, se construye socialmente y con cada por menor que conlleva al ámbito social, incluido su modo de comunicación: el lenguaje.
            La intertextualidad en el tema de la locura es demasiado amplia, ya que también podemos hacer la dualidad de Sartre con El ser y la nada, donde aparece lo moral y la parte cuerda del hombre (lo apolíneo) y por otro lado Foucault con El discurso del loco y lo amoral con la locura (lo dionisiaco). Lo anterior alude al nombre del texto de Chejov: El pabellón número seis que es paradójico en cuanto a su contenido, ya que según Ambrosio de Milán y Euclides el seis es el número de la cordura y la armonía, siendo el contenido del relato totalmente opuesto a ello.

            Para concluir, el término locura es para denostar y apartar a gente indeseada de la sociedad, resultado final: demencia y exilio como ocurrió con el doctor Efímich y su adquisición de demencia al igual que sus pacientes y por consecuencia una víctima más de lo que puede provocar la sociedad. Los locos son aquellos que han intentado encontrar la verdad en esta sociedad y son apartados de ella por una posible sublevación general, todo por saber qué es lo que sucede y en qué estamos siendo afectados para que se nos tache como locos.

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