Por Francisca Peña
¿Qué pensaría de suprimir la palabra poesía?
En cuanto
a mí, esta me choca mucho.
Charles Baudelaire
Charles
Baudelaire pertenece al grupo de los poetas malditos, por sus excesos y su
bohemia. Fue poeta, crítico de arte y traductor francés, sus obras están llenas
de una visión maligna. Perteneció al siglo XIX, supo tomar distancia de la sociedad
histórica, lo que hizo que comprendiera que el objeto estético que buscaba
estaba más allá de lo real y lo clásico. En su libro Flores del Mal[1],
muestra lo perverso y lo oscuro del hombre, un libro vanguardista del
simbolismo. Esta obra es una crítica en prosa poética a la hipocresía de la política,
a la moral y al ser frente a la
sociedad. Para él, el mundo físico no era más que un símbolo del mundo
espiritual. Su nombre nos muestra una antítesis, porque las flores representan
o nos dan a entender delicadeza, hermosura, alegría, pero al ser del mal nos muestra la oscuridad, lo negro y
profundo de los poemas que contiene. En un principio el libro llevaría otro
nombre, se titulabaLos Limbos, pero
fue censurado, por lo que Baudelaire tuvo que pagar una multa.En 1862 salió la
edición definitiva.
En el poema El
Albatros, Baudelaire simboliza su propia vida y su decepción ante la maldad
de los hombres en la sociedad de su tiempo. El título es emblemático y
simbólico, emblemático porque ya nos sugiere qué se nos va a hablar y simbólico
porque se nos hablará del ave como un símbolo de algo o alguien.El poeta
pretende representar al poeta romántico de la época en contra de la sociedad.
Un paralelismos entre los dos.
Podemos recordar a Friedrich Hölderlin[2] en su elegía Pan y Vinose plantea la pregunta “¿para
qué poetas?”, no sabemos el fin de los poetas en la ciudad y Baudelaire, para
mí, también intenta responder a esta interrogante en su libro y esencialmente
en el poema que he escogido.
Para iniciar un análisis más a fondo de este poema,
debemos conocer que es un albatros. Es un ave grande de color blanco, con un
cuerpo desproporcionado, tiene unas alas enormes, visto en el cielo resulta
hermosísimo y puede medir hasta tres metros. Pero cuando cae al mar o es
atrapado resulta un poco cómico, debido a que el tamaño de sus alas le provoca
un caminar un tanto difícil; además tiene la particularidad de acompañar a los
navíos en los viajes.
En el texto se establece un paralelismo entre el poeta y
el albatros, al mismo tiempo que la sociedad son los marinos y el navío el
mundo, la vida. Para Baudelaire, el pájaro
es un símbolo del poeta, a través de él nos da una explicación de cuál es su
función y misión frente a la sociedad. El tema principal es la concepción de un
poeta romántico, rechazado, distinto, maltratado, pero viviendo en un mundo
superior. Él buscaba escandalizar la
sociedad poética.El poeta al igual que el albatros desde las alturas mira a una
sociedad perdida, la acompaña pero no se mezcla, y menos comparte sus valores.El
ave es el guía de las naves, es el Cristo de Hölderlin, el guía espiritual de
los hombres, la espiritualidad que poco a poco se ha alejado de la tierra.
El poema consta de dos partes, las primeras tres estrofas
nos hablan del ave y en la segunda se aclara la alegoría y se refiere al poeta.
No podemos dejar de considerar que se encuentra en la primera parte de la obra,
Spleen e Ideal, que trata de la lucha
entre el tedio y el ideal, en donde el ganador es el tedio. Por el contrario
Heidegger nos acerca al ser, o como
él lo llama sein, la propia existencia
del ser humano. El poeta busca su propia existencia, busca lo extraño, ya no
encuentra su propia cordura. El tema del Spleen[3],
del hastío, del aburrimiento, se encuentra en cada rincón, todo el poema está
cargado con simbolismo existencial del poeta, el que tiene su destino escrito
desde su nacimiento, lo cual lo convierte en un ser incomprensible, ignorado e
incluso despreciado, pero es esto lo que le permite elevarse sobre el resto de
los seres humanos para señalarles el camino, al igual que el albatros les
señala el camino correcto a los navíos.
En el primer verso encontramos un hipérbaton, es decir,
la oración cambia el orden gramatical del verso, resaltando la palabra diversión, enfatizándola, diciéndonos que
lo que hacen los marineros no tiene una finalidad positiva, solo desean
divertirse con el animal alado. El a
veces suaviza la expresión, además nos dice que esta acción la realizan
frecuentemente, no es algo fuera de lo habitual. Los marinos para mí son la
gente tosca y común, las personas que se aburren con la rutina diaria, bajo las
normas que se nos imponen y para ser cada día más libres cada vez somos más
esclavos, de una realidad que nos crea una ilusión de libertad física. Son
seguidores del dios Dionisio, el inspirador de los rituales llenos de locura y
del éxtasis frenético.
El hombre está formado por dos esencias, por un lado
tenemos el espíritu y por el otro el material. Desde su propio mundo, su
imaginación y sus fantasías, el poeta romántico representa la parte espiritual
del hombre. La sociedad rechaza, discrimina y crítica al poeta porque no
entiende, no se identifica con esa parte espiritual, lo material pasa a ser lo
primordial. Este ve la vida como un abismo amargo, porque no sabe a dónde
llegará, dónde desembocará, en qué terminará su vida y el hombre está
preocupado por saber que sucederá. Ya no
se da cuenta de las necesidades reales que tiene, la búsqueda de su propia
esencia.
El navío surcando
los mares… es un símbolo que representa a la sociedad en un viaje
existencial, uno lleno de peligros y adversidades. En este espacio marino el
albatros pone el toque de belleza, embellece el mar, el azul del cielo contrastado
con la blancura del albatros.
Los marinos recurren a la violencia solo porque se
encuentran aburridos, para pasar el tiempo. Si llevamos esto a lo que el autor
quiere simbolizar, podríamos decir que cuando el poeta cae ante una sociedad,
las personas metafóricamente dan caza al poeta, lo atrapan de forma física o
verbal. Critican sus obras de forma despectiva y no le dan oportunidad de
defenderse.
El enorme ave es como el poeta, gobernador en su mundo de
fantasías y este es el rey en el cielo, pero ambos son exiliados en la tierra.
Del mismo modo que el albatros desafía las tormentas con sus enormes alas el
poeta desafía a la sociedad escribiendo, creando su arte. El poeta cuando se
integra por completo a la sociedad humana abandona su poética porque no le
sirve, y en el momento que son capturados se sienten avergonzados.
En la segunda estrofa, segundo verso aparece una cesura[4]
que divide al verso en dos partes, llamadas hemistiquios[5].
Entre estos hay una antítesis, entre rey
y señor que antes dominaba el cielo y
que ahora sufre atrapado, sus alas no lo ayudan en su escape, por el contrario
lo dejan sin libertad y sin movilidad. Las alas son el símbolo de su belleza y
grandeza, y la poesía en el poeta lo hace diferente e interesante, es esto lo
que le permite apartarse del resto, diferenciarse. Baudelaire compara las alas
con remos cayendo, esto es porque los remos sin el agua no son nada ni sirven
para otra cosa y las alas sin el aire no cumplen su función.
En esta parte del poema la antítesis aparece con más
fuerza, el albatros que era el rey del Azur, príncipe de las nubes, el viajero
indolente y un ave hermosa de blancas alas de gigante, en la cubierta del navío
se convierte en una ave torpe y vergonzoso, sus alas ahora le impiden
desplazarse, se arrastra y por último se transforma en objeto de malos tratos. Estos
se exponen a la crítica y a la burla, se vuelve ridículo; uno de los marinos le
quema el pico, mostrando toda la crueldad, se ríen de él por ignorancia por no
entenderlo, se nota la superficialidad de la sociedad , lo que no les permite
ver más allá de lo que quieren ver. Se trata de una lucha constante con el
mundo que nos rodea, se creen superiores a todo y todos. Para el poeta el
quemarle el pico al ave significa que no se puede alimentar, que ya no se puede
expresar. La sociedad intenta hacer callar al poeta, evitar que se exprese
libremente, cosa que a Baudelaire le costó, debido a las constantes censuras.
El poema se convierte en una alegoría autoexegisiva[6],
el poeta es el albatros. El ave se transforma en un enfermo psicótico, que hay
que eliminar porque la sociedad rechaza el lado espiritual, solo lo material le
sirve.
En la cuarta estrofa, en la expresión el poeta es igual a este rey de las nubes, notamos
con mayor claridad la comparación que el autor establece entre el albatros y el
poeta. Se nota como Baudelaire cambia la concepción del poeta romántico, el que
se sentía respaldado por Dios, mientras que aquí ya no vemos al soñador seguro
de sí mismo, ahora se trata de maldiciones, quejas, ahora la poesía es un
testimonio de dolor y sufrimiento. Nos explica todo el simbolismo, que es lo
que él pretendía. Ocupa una personificación cuando dice ríe del arquero, esto pasa cuando está en su mundo, el ave es superior,
así sucede también con el poeta. Este sabe que es la sociedad la que no sabe
nada y se ríe por la falta de conocimiento, que muestra una actitud de
ignorancia.
Anteriormente he señalado el conflicto que tiene la sociedad
contra los poetas, pero el poeta también está contra la está, cuando él está en su mundo la
desprecia y la aborrece, se burla de
su materialismo. La humanidad imposibilitada de imitar la grandeza solo imita
lo malo, burlándose de todo lo que le cause incomodidad, la misma que le causan
al pájaro y al poeta, y no son capaces de hacerlo porque no saben comprender la
belleza y jamás podrán volar de forma espiritual.
Desde la segunda estrofa y hasta el final el poema va “in
crescendo” en relación al ave, primero surca los cielos y poco a poco pierde
por completo su fuerza, manifestándose a través del pensamiento. Baudelaire en
este poema simboliza su propia vida y la decepción que tiene hacia los hombres
en la sociedad de su tiempo.
Como he escrito podemos darnos cuenta que este poema es
un constante enfrentamiento entre el poeta y el mundo que lo rodea, pero por lo
menos las palabras le permiten expresar su derrota frente a la sociedad.
Podríamos comparar la literatura de Baudelaire con la de
Dante. Sabemos que para Dante el Limbo es un lugar donde estamos suspendidos,
no sentimos dolor ni menos felicidad y puede ser un lugar para los poetas no
cristianos, mientras que para Baudelaire hace mención a un lugar propio de las
almas atormentadas y que se sienten exiliadas en la tierra, que no tienen
esperanzas de alcanzar ningún cielo prometido. El Limbo también podría ser el
reino del tedio o spleen, donde la noción del tiempo es una obsesión
inmovilizante, lo cual se vincula muy bien con la idea de Dante de almas
suspendidas. Pero en la Divina Comedia
las alamas del Limbo poseen una esperanza de salvación, y este sentimiento será
la constante del autor, en un principio del poema tenemos la esperanza, luego
la amargura y para terminar aparece la desesperación.
El poeta a través de todo los tiempos ha sido un sabio
difícil de comprender, es por esto que el poeta romántico permanece en su mundo
fantástico y no baja al mundo materialista donde se presenta el tedio sufrido
por toda la humanidad y para los humanos la única forma de sacarse ese
aburrimiento es practicando la maldad contra otros seres. Para él, el lenguaje
es su caparazón, son sus antenas, lo que lo protege de los demás, de la
asquerosa sociedad. Sartre en ¿Qué es
literatura?[7]nos
muestra a un escritor comprometido, Baudelaire está comprometido con la
sociedad de su época, aunque la rechace, porque el compromiso debe existir,
independiente del partido político al que pertenezca, a su religión, a su
movimiento cultural, etc. El escritor quien tiene la capacidad de cambiar y
transformar la realidad.
[1]
Charles Baudelaire, Editorial Alianza, 2003.
[2]Johann Christian Friedrich Hölderlin. Poeta clásico Alemán. Pertenece al
movimiento de renovación espiritual.
[3]En
francés, “spleen” representa el
estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona. Fue
popularizado por el poeta Charles-Pierre Baudelaire.
[4]La cesura es el espacio o pausa dentro de
un verso separando dos partes llamadas hemistiquios. Es posible encontrar más
de una cesura en el mismo verso, ya que hay algunos versos que aparecen
divididos en más de un hemistiquio, si el verso es de más de once sílabas es
obligatorio que haya al menos una cesura.
[5]Se
denomina hemistiquio a la mitad
o fragmento de un verso que se mide en métrica como si fuese un verso entero y
va separada de la otra mitad por una pausa en la entonación o cesura.
[6] El poeta se interpreta a sí mismo.
[7] Jean Paul Sartre. Editorial Losada
S.A. 2003.
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