Por
Francisco Jiménez
Quien piensa a lo
grande tiene que equivocarse a lo grande
Martin Heidegger
Cuando
hablamos de cultura, pensamos en una gran gama de posibilidades que nos llevan
a navegar en un inexorable mar de características innatas y adquiridas, esto
por qué, sencillamente por la razón de que como procedemos del pueblo mapuche
tenemos herramientas culturales que se presentan de forma innata en nuestro
diario vivir; por otro lado están las que adquirimos o nos las otorgan, que son
las de otras culturas y cómo no dar a conocer la perspicacia del antiguo mundo
y sus grandes influencias hacia el resto del plano global: estamos en presencia
de las culturas de Grecia y de Roma.
Con
lo anterior podemos dar a conocer uno de los autores que han cautivado al siglo
del Iluminismo[1] o de la
Ilustración (Neoclasicismo)[2]; a Leandro
Fernández de Moratín, que hizo de su (Elegía A las Musas)[3]
una magnífica obra de arte en al que alude a estas dos espectaculares tierras
de emanación cultural (Grecia y Roma)[4] y las describe
física, psicológica y materialmente, sin necesidad de nombrarlas en sí (forma
implícita).
Moratín
pertenece a la literatura del siglo XVIII, es decir, que atañe al Neoclasicismo
o más conocido como Ilustración. El rasgo característico de este movimiento es la
confianza en la razón y la recuperación de la fe en el ser humano. La Ilustración
nació en Francia (desde donde se extendió) y se caracterizó por la confianza en
la razón y en la educación, por lo que se rechazaba en todo momento la ignorancia.
Además este movimiento en el aspecto religioso se caracterizó por la
tolerancia. Al darse tanta importancia a la cultura, la política tuvo que
interesarse por esta haciendo nuevas instituciones culturales.
En
la literatura perteneciente a la época de la Ilustración, hubo varias
corrientes[5]
en las que se podían desenvolver la gran cantidad de destacados artistas,
tomando con ellas la creación de nuevos mundos, otorgándoles las
características necesarias como para ser reconocidas por las respectivas tendencias
de ese entonces.
Como
cada autor debía identificarse con cierta tendencia, Moratín optó por el Neoclasicismo y con esto revive a las musas de
aquel entonces, haciendo así una elegía[6]
para ellas, dejando en claro que el lenguaje implícito queda notablemente
demarcado por la minuciosa descripción que da acerca de estas dos maravillas de
la irradiación cultural que envolvieron prácticamente a todo el mundo
occidental y sus cercanías. Las musas[7]
a las que se refiere, son quienes contienen el producto que será vertido sobre
quienes necesiten de esta culturización de origen clásica y como decía Bajtín: La palabra en la vida y la palabra en la
poesía, frase alusiva a lo que respecta “Arte y responsabilidad”[8].
La
esencia innata del autor nos lleva de inmediato al referente de sus obras, nos
hace imaginar el esplendor y la magnificencia a través del relato de su
geografía, los componentes de esta y lo que es el mundo sin ello. Un elemento
clarificador de la cultura greco-romana, es la lira[9],
instrumento que recibe el máximo esplendor de la música, que servía para
deleitar oídos de reyes, y cuanta persona pasase por donde se estaba tocando
este apreciable objeto de arte auditivo, que según los antiguos era capaz de
encantar a prácticamente todos los sentidos del hombre.
Como
la lira desataba aquello que deseaba salir desde el interior, desde luego que
se debía interpretar que tipo de sonoridad era la que se tocaba; esto ya que en
muchas oportunidades se presenciaban momentos en los que un artista utilizaba
este instrumento y sacaba conclusiones interpretativas a partir de lo que
tocaba. Lo mismo debería ocurrir con nosotros al momento de abordar un texto,
debemos llegar hasta las últimas consecuencias y abrir nuestro ser a las
posibilidades que nos da la última instancia de interpretación, es decir, no
debemos quedarnos tan solo con lo que nos dice el texto, con lo literal, sino
que debemos ahondar en los temas y contexto para hasta tal vez obtener una
nueva interpretación de lo que nos quiere decir el autor, debemos ser
reflexivos autómatas en la toma de decisiones, no ser conformistas y ver lo
implícito con lo que no nos dice al oído el texto, sino tomar lo que anda
rondando en las cercanías y en lo más profundo de nuestra capacidad
interpretativa.
A
simple vista no logramos ver que es lo que nos quiere decir el autor con su
elegía, pues hay una doble manera de encasillar la lectura[10].
La primera radica en lo interior de mismo texto en cuestión, lo explicito, lo
superficial, lo que está a simple vista y a flor de piel; que no conlleva a ir
más allá de las palabras escritas ahí. La segunda tiene que ver con lo
implícito, con lo exterior, con ir lejos, que nos haga un remezón y decir:
tengo que averiguar que me quiere decir con esto… que destaca el autor con estos
conceptos al interior del texto, del poema, de la elegía… y finalmente tejer un
texto con interpretaciones propias en conjunto con lo que nos dice el autor.
Así llegaremos a un significado más global y poder decir que entendimos el real
significado de la obra en cuestión. En la Elegía
a las Musas, podríamos decir que describe a unas muchachas de belleza
incalculable, pero al ahondar en el tema podemos vislumbrar que ya no son estas
muchachas las que perpetúan al texto, sino que ahora son los esplendorosas
ciudades que concentran en ella gran poder de cultura, y además se menciona
toda la belleza geográfica que poseen: volcanes, valles, llanuras, mesetas,
ríos, lagos, mares y muchas más características que nos harían vislumbrar un
posible objetivo a la vista y sobre todo si los lugares mencionados los
conocemos o los hemos oído por algún lado.
La
educación era lo principal que planteaban los iluministas, y por qué esto se
preguntarán ustedes; la respuesta está a la vista, pues con un poco de
educación cultural se puede descifrar un código escondido dentro de muchos
otros. En el caso de la elegía es la descripción de las musas (greco-romanas),
pero luego de que Moratín tuviera que exiliarse[11]
y ver como se perdía su patria que era de donde sacó todo conocimiento, él lo
relacionó con la decadencia de la cultura greco-romana ya en sus tiempos
finales de gloria, producto de las
guerras que han ocurrido durante toda la historia de la humanidad.
Lo
mencionado anteriormente puede ser explicado con la característica del espejo, es
decir de lo opuesto: un joven con un anciano, el derecho y el izquierdo, lo
interno con lo externo, entre otros aspectos; que nos da un efecto de
contrariedad, un lado contra el otro.
El
tipo de lenguaje que utilizan los literatos, hace que sean reconocidos de
inmediato, ya sea por su métrica, por el uso de términos específicos de su
cultura, etc. Estos términos marcan la esencia de quien escribe para los demás:
más clarificado se puede ver en el pensamiento de Heidegger[12]
y en la elegía donde denota las características de su madre patria del
conocimiento: la cultura greco-romana o cultura clásica; dejando clara así la
teoría de que el lenguaje pasa a denotar al SER y el ser es quien complementa
al lenguaje en forma de personaje secundario, pues el propio lenguaje es el
principal y a quien se hace referencia en primera instancia.
La
capacidad de transmitir pensamientos de forma paralela a lo que acontece en el
mundo, en cuanto al movimiento cultural, es demasiado difícil hoy en día, pero
para los antiguos era pan de cada día; pero lo que favorece a la actualidad por
sobre todas las otras épocas de la historia, es la accesibilidad que tienen las
personas para llegar a la lectura que deseen, primero la revolución industrial
dejó un importante legado a quienes deseaban plasmar sus textos, relatos,
poemas o incluso un testamento público; la presencia de la imprenta[13]
en el mundo actual facilita la entrega y adquisición de conocimientos, pues la
producción en masa y en formato de muchas copias por cada documento que halla. Entonces
podemos decir que la accesibilidad actual es de suma importancia, ya que
mantiene una relación de tipo directa y personal, aunque no se esté en
presencia física del autor que creó dicho libro o el escrito que sea.
La
acción de la imprenta hace que la información contenida en los textos sea
digerida rápidamente, un ejemplo clarificador de esto sería: escribir o crear
una elegía como en los tiempos de la cultura clásica y luego tratar de
difundirlos, lo más probable será que ahora se transmitirá con mucha más
velocidad que antes y en una escala de copias incalculablemente mayor, sin
dejar de lado el costo que tendría esto, prácticamente muy reducido.
Pasando
a otro tema, la tiranía[14]
del autor es un concepto que viene desde siempre, si hablamos de un modo mero
de persuadir y llevar a convencer al público que lee y puede hacerlo, se
practicaba ya en los tiempos de Platón cuando enseñaba Retórica[15]
y lograr que sus alumnos lograran el ansiado reconocimiento por su hablar que
sí debía convencer, ya que ese era el modo de que los políticos reunían apoyo
de la gente; no tan solo apoyo sino que credibilidad ante sus propuestas y
forma de gobernar. La actitud que debe desempeñar el autor, en cuanto a su
texto, debe ser persuasiva y con seria intención de captar o llamar la atención
del oyente o receptor de lo que escribe, a todo esto, debe ser un receptor
ideal que se desenvuelva acorde al tema que plantea el autor, o sea, de una
misma disciplina.
Cuando
un texto abarca demasiado y no dice nada, es un escrito rico en contenido, pero
pobre en entrega, esto es lo que puede pasar si no se logra una buena
coherencia y una buena cohesión entre sus partes. La intencionalidad de un
texto encierra totalmente lo que deseamos comunicar a los demás, ya sea un
receptor colectivo o un receptor individual, más aún, para que el texto sea lo
más persuasivo posible; debe tener en forma de convivencia y en su interior,
elementos que sean antagónicos[16],
que verifiquen y que debatan a la vez el tema o los temas que se presenten en
dicho objeto que se van a presentar las ideas a plantear.
Para
concluir, en esta Elegía a las Musas,
se encuentran presentes características literales de las naciones descritas,
pero esto sin nombrar o denotar per se a quien hace referencia, aquí estamos en
presencia de elementos antagónicos; lo implícito con lo explícito. Que sin duda
alguna debe estar incorporada en el texto para que se logre una verdadera
atención del lector, pero siempre a modo de unificación, sin discursos a la derecha
y otros a la izquierda, o sea, los dos al centro y al unísono.
[1] Movimiento
intelectual europeo del siglo XVIII, conocido más habitualmente como Ilustración y
sus seguidores, ilustrados.
[2] El Neoclasicismo:
usa los principios de la ilustración y regresa a lo clásico, propuso el retorno
de la literatura de Grecia y Roma. Esta fue la principal corriente de la época,
y es a la que pertenece Leandro Fernández de Moratín.
[3] De Moratín, Fernández Leandro, “Elegía a las musas”,
París, Francia, siglo XIX, 1825.
[4] La Antigüedad
clásica es un término amplio que abarca un largo período en las áreas
dominadas por Grecia y Roma;
es decir, se identifica con el periodo greco-romano de la Edad
Antigua en el mundo grecorromano: la Cuenca del Mediterráneo y el próximo
Oriente.
[5] El Post-barroquismo:
intenta continuar con el Barroco. El Neoclasicismo: usa los principios de la
Ilustración y regresa a lo clásico. Esta fue la principal corriente de la época
y es a la que pertenece Moratín. El Prerromanticismo: se anticipa al
Romanticismo al anteponer el sentimiento a la razón.
[6] La elegía es
un subgénero de la poesía lírica que
designa por lo general a todo poema de lamento. La actitud elegíaca consiste en lamentar
cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido,
un sentimiento, etc.
[7] Según los escritores
más antiguos, las musas eran diosas inspiradoras de la música y,
según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos
de poesía,
así como las artes
y las ciencias.
[8] Bajtín, Mijaíl,
“Arte y responsabilidad”, Estética de la creación verbal Buenos Aires,
Siglo XXI, 2008.
[9] La lira (del latín «lyra»,
y este del griego «λύρα») es un instrumento de cuerda punteada primitiva, con forma de ábaco, cuyo
origen los griegos atribuyeron a Hermes o a la musa Polimnia. Fue el instrumento musical que tañó Orfeo y el que
acompaña a Apolo como
símbolo del Estado ciudadano, de la cultura y de
la música.
[10] Duplicidad
de la obra artística, lo implícito y lo explicito, lo superficial y lo
recóndito. Hacia el interior y exterior del texto.
[11] Leandro Fernández de
Moratín tuvo que exiliarse a Francia, debido a la guerra que había en ese
entonces en España, apoyado por Bonaparte se fue a la biblioteca de Paris a
pasar sus últimos años de vida.
[12] Filósofo
alemán. Discípulo de Husserl, su indiscutible preeminencia dentro de la
filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la
de su adhesión al régimen nacionalsocialista.
[13] La imprenta es
un método mecánico de reproducción de textos e imágenes sobre papel o
materiales similares, que consiste en aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre unas
piezas metálicas (tipos) para transferirla al papel por
presión. Aunque comenzó como un método artesanal, supuso la primera revolución
cultural.
[14] La tiranía (del griego τυραννία),
en el sentido que se dio al término en la Grecia
antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que
con frecuencia instauraba el tirano, aquel o aquellos que habían derrocado
el gobierno de una ciudad-estado, normalmente gracias al apoyo popular,
pero también mediante un golpe
de estado militar o una intervención extranjera, todo por medio del
uso de la metáfora.
[15] La retórica es
la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, ciencias de
la educación, ciencias sociales, derecho, etc.)
que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de
utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva, estética o investigativa,
añadida a su finalidad comunicativa.
[16] Que se caracteriza
por oponerse con otra persona u objeto. Dos elementos totalmente opuestos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario