Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

viernes, 17 de mayo de 2013

Grecia y Roma en lo subjetivo


Por Francisco Jiménez

Quien piensa a lo grande tiene que equivocarse a lo grande
Martin Heidegger

           
Cuando hablamos de cultura, pensamos en una gran gama de posibilidades que nos llevan a navegar en un inexorable mar de características innatas y adquiridas, esto por qué, sencillamente por la razón de que como procedemos del pueblo mapuche tenemos herramientas culturales que se presentan de forma innata en nuestro diario vivir; por otro lado están las que adquirimos o nos las otorgan, que son las de otras culturas y cómo no dar a conocer la perspicacia del antiguo mundo y sus grandes influencias hacia el resto del plano global: estamos en presencia de las culturas de Grecia y de Roma.
Con lo anterior podemos dar a conocer uno de los autores que han cautivado al siglo del Iluminismo[1] o de la Ilustración (Neoclasicismo)[2]; a Leandro Fernández de Moratín, que hizo de su (Elegía A las Musas)[3] una magnífica obra de arte en al que alude a estas dos espectaculares tierras de emanación cultural (Grecia y Roma)[4] y las describe física, psicológica y materialmente, sin necesidad de nombrarlas en sí (forma implícita).
Moratín pertenece a la literatura del siglo XVIII, es decir, que atañe al Neoclasicismo o más conocido como Ilustración. El rasgo característico de este movimiento es la confianza en la razón y la recuperación de la fe en el ser humano. La Ilustración nació en Francia (desde donde se extendió) y se caracterizó por la confianza en la razón y en la educación, por lo que se rechazaba en todo momento la ignorancia. Además este movimiento en el aspecto religioso se caracterizó por la tolerancia. Al darse tanta importancia a la cultura, la política tuvo que interesarse por esta haciendo nuevas instituciones culturales.
En la literatura perteneciente a la época de la Ilustración, hubo varias corrientes[5] en las que se podían desenvolver la gran cantidad de destacados artistas, tomando con ellas la creación de nuevos mundos, otorgándoles las características necesarias como para ser reconocidas por las respectivas tendencias de ese entonces.
Como cada autor debía identificarse con cierta tendencia, Moratín optó por el  Neoclasicismo y con esto revive a las musas de aquel entonces, haciendo así una elegía[6] para ellas, dejando en claro que el lenguaje implícito queda notablemente demarcado por la minuciosa descripción que da acerca de estas dos maravillas de la irradiación cultural que envolvieron prácticamente a todo el mundo occidental y sus cercanías. Las musas[7] a las que se refiere, son quienes contienen el producto que será vertido sobre quienes necesiten de esta culturización de origen clásica y como decía Bajtín: La palabra en la vida y la palabra en la poesía, frase alusiva a lo que respecta “Arte y responsabilidad”[8].
La esencia innata del autor nos lleva de inmediato al referente de sus obras, nos hace imaginar el esplendor y la magnificencia a través del relato de su geografía, los componentes de esta y lo que es el mundo sin ello. Un elemento clarificador de la cultura greco-romana, es la lira[9], instrumento que recibe el máximo esplendor de la música, que servía para deleitar oídos de reyes, y cuanta persona pasase por donde se estaba tocando este apreciable objeto de arte auditivo, que según los antiguos era capaz de encantar a prácticamente todos los sentidos del hombre.
Como la lira desataba aquello que deseaba salir desde el interior, desde luego que se debía interpretar que tipo de sonoridad era la que se tocaba; esto ya que en muchas oportunidades se presenciaban momentos en los que un artista utilizaba este instrumento y sacaba conclusiones interpretativas a partir de lo que tocaba. Lo mismo debería ocurrir con nosotros al momento de abordar un texto, debemos llegar hasta las últimas consecuencias y abrir nuestro ser a las posibilidades que nos da la última instancia de interpretación, es decir, no debemos quedarnos tan solo con lo que nos dice el texto, con lo literal, sino que debemos ahondar en los temas y contexto para hasta tal vez obtener una nueva interpretación de lo que nos quiere decir el autor, debemos ser reflexivos autómatas en la toma de decisiones, no ser conformistas y ver lo implícito con lo que no nos dice al oído el texto, sino tomar lo que anda rondando en las cercanías y en lo más profundo de nuestra capacidad interpretativa.  
A simple vista no logramos ver que es lo que nos quiere decir el autor con su elegía, pues hay una doble manera de encasillar la lectura[10]. La primera radica en lo interior de mismo texto en cuestión, lo explicito, lo superficial, lo que está a simple vista y a flor de piel; que no conlleva a ir más allá de las palabras escritas ahí. La segunda tiene que ver con lo implícito, con lo exterior, con ir lejos, que nos haga un remezón y decir: tengo que averiguar que me quiere decir con esto… que destaca el autor con estos conceptos al interior del texto, del poema, de la elegía… y finalmente tejer un texto con interpretaciones propias en conjunto con lo que nos dice el autor. Así llegaremos a un significado más global y poder decir que entendimos el real significado de la obra en cuestión. En la Elegía a las Musas, podríamos decir que describe a unas muchachas de belleza incalculable, pero al ahondar en el tema podemos vislumbrar que ya no son estas muchachas las que perpetúan al texto, sino que ahora son los esplendorosas ciudades que concentran en ella gran poder de cultura, y además se menciona toda la belleza geográfica que poseen: volcanes, valles, llanuras, mesetas, ríos, lagos, mares y muchas más características que nos harían vislumbrar un posible objetivo a la vista y sobre todo si los lugares mencionados los conocemos o los hemos oído por algún lado.
La educación era lo principal que planteaban los iluministas, y por qué esto se preguntarán ustedes; la respuesta está a la vista, pues con un poco de educación cultural se puede descifrar un código escondido dentro de muchos otros. En el caso de la elegía es la descripción de las musas (greco-romanas), pero luego de que Moratín tuviera que exiliarse[11] y ver como se perdía su patria que era de donde sacó todo conocimiento, él lo relacionó con la decadencia de la cultura greco-romana ya en sus tiempos finales de gloria,  producto de las guerras que han ocurrido durante toda la historia de la humanidad.
Lo mencionado anteriormente puede ser explicado con la característica del espejo, es decir de lo opuesto: un joven con un anciano, el derecho y el izquierdo, lo interno con lo externo, entre otros aspectos; que nos da un efecto de contrariedad, un lado contra el otro.
El tipo de lenguaje que utilizan los literatos, hace que sean reconocidos de inmediato, ya sea por su métrica, por el uso de términos específicos de su cultura, etc. Estos términos marcan la esencia de quien escribe para los demás: más clarificado se puede ver en el pensamiento de Heidegger[12] y en la elegía donde denota las características de su madre patria del conocimiento: la cultura greco-romana o cultura clásica; dejando clara así la teoría de que el lenguaje pasa a denotar al SER y el ser es quien complementa al lenguaje en forma de personaje secundario, pues el propio lenguaje es el principal y a quien se hace referencia en primera instancia.
La capacidad de transmitir pensamientos de forma paralela a lo que acontece en el mundo, en cuanto al movimiento cultural, es demasiado difícil hoy en día, pero para los antiguos era pan de cada día; pero lo que favorece a la actualidad por sobre todas las otras épocas de la historia, es la accesibilidad que tienen las personas para llegar a la lectura que deseen, primero la revolución industrial dejó un importante legado a quienes deseaban plasmar sus textos, relatos, poemas o incluso un testamento público; la presencia de la imprenta[13] en el mundo actual facilita la entrega y adquisición de conocimientos, pues la producción en masa y en formato de muchas copias por cada documento que halla. Entonces podemos decir que la accesibilidad actual es de suma importancia, ya que mantiene una relación de tipo directa y personal, aunque no se esté en presencia física del autor que creó dicho libro o el escrito que sea.  
La acción de la imprenta hace que la información contenida en los textos sea digerida rápidamente, un ejemplo clarificador de esto sería: escribir o crear una elegía como en los tiempos de la cultura clásica y luego tratar de difundirlos, lo más probable será que ahora se transmitirá con mucha más velocidad que antes y en una escala de copias incalculablemente mayor, sin dejar de lado el costo que tendría esto, prácticamente muy reducido.
Pasando a otro tema, la tiranía[14] del autor es un concepto que viene desde siempre, si hablamos de un modo mero de persuadir y llevar a convencer al público que lee y puede hacerlo, se practicaba ya en los tiempos de Platón cuando enseñaba Retórica[15] y lograr que sus alumnos lograran el ansiado reconocimiento por su hablar que sí debía convencer, ya que ese era el modo de que los políticos reunían apoyo de la gente; no tan solo apoyo sino que credibilidad ante sus propuestas y forma de gobernar. La actitud que debe desempeñar el autor, en cuanto a su texto, debe ser persuasiva y con seria intención de captar o llamar la atención del oyente o receptor de lo que escribe, a todo esto, debe ser un receptor ideal que se desenvuelva acorde al tema que plantea el autor, o sea, de una misma disciplina.
Cuando un texto abarca demasiado y no dice nada, es un escrito rico en contenido, pero pobre en entrega, esto es lo que puede pasar si no se logra una buena coherencia y una buena cohesión entre sus partes. La intencionalidad de un texto encierra totalmente lo que deseamos comunicar a los demás, ya sea un receptor colectivo o un receptor individual, más aún, para que el texto sea lo más persuasivo posible; debe tener en forma de convivencia y en su interior, elementos que sean antagónicos[16], que verifiquen y que debatan a la vez el tema o los temas que se presenten en dicho objeto que se van a presentar las ideas a plantear.
Para concluir, en esta Elegía a las Musas, se encuentran presentes características literales de las naciones descritas, pero esto sin nombrar o denotar per se a quien hace referencia, aquí estamos en presencia de elementos antagónicos; lo implícito con lo explícito. Que sin duda alguna debe estar incorporada en el texto para que se logre una verdadera atención del lector, pero siempre a modo de unificación, sin discursos a la derecha y otros a la izquierda, o sea, los dos al centro y al unísono.




[1] Movimiento intelectual europeo del siglo XVIII, conocido más habitualmente como Ilustración y sus seguidores, ilustrados.
[2] El Neoclasicismo: usa los principios de la ilustración y regresa a lo clásico, propuso el retorno de la literatura de Grecia y Roma. Esta fue la principal corriente de la época, y es a la que pertenece Leandro Fernández de Moratín.
[3] De Moratín,  Fernández Leandro, “Elegía a las musas”, París, Francia, siglo XIX, 1825.
[4] La Antigüedad clásica es un término amplio que abarca un largo período en las áreas dominadas por Grecia y Roma; es decir, se identifica con el periodo greco-romano de la Edad Antigua en el mundo grecorromano: la Cuenca del Mediterráneo y el próximo Oriente.      
[5] El Post-barroquismo: intenta continuar con el Barroco. El Neoclasicismo: usa los principios de la Ilustración y regresa a lo clásico. Esta fue la principal corriente de la época y es a la que pertenece Moratín. El Prerromanticismo: se anticipa al Romanticismo al anteponer el sentimiento a la razón.
[6] La elegía es un subgénero de la poesía lírica que designa por lo general a todo poema de lamento. La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, un sentimiento, etc.
[7] Según los escritores más antiguos, las musas eran diosas inspiradoras de la música y, según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y las ciencias.
[8] Bajtín, Mijaíl, “Arte y responsabilidad”, Estética de la creación verbal Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.
[9] La lira (del latín «lyra», y este del griego «λύρα») es un instrumento de cuerda punteada primitiva, con forma de ábaco, cuyo origen los griegos atribuyeron a Hermes o a la musa Polimnia. Fue el instrumento musical que tañó Orfeo y el que acompaña a Apolo como símbolo del Estado ciudadano, de la cultura y de la música.
[10] Duplicidad de la obra artística, lo implícito y lo explicito, lo superficial y lo recóndito. Hacia el interior y exterior del texto.
[11] Leandro Fernández de Moratín tuvo que exiliarse a Francia, debido a la guerra que había en ese entonces en España, apoyado por Bonaparte se fue a la biblioteca de Paris a pasar sus últimos años de vida.
[12] Filósofo alemán. Discípulo de Husserl, su indiscutible preeminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista.
[13] La imprenta es un método mecánico de reproducción de textos e imágenes sobre papel o materiales similares, que consiste en aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre unas piezas metálicas (tipos) para transferirla al papel por presión. Aunque comenzó como un método artesanal, supuso la primera revolución cultural.
[14] La tiranía (del griego τυραννία), en el sentido que se dio al término en la Grecia antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que con frecuencia instauraba el tirano, aquel o aquellos que habían derrocado el gobierno de una ciudad-estado, normalmente gracias al apoyo popular, pero también mediante un golpe de estado militar o una intervención extranjera, todo por medio del uso de la metáfora.
[15] La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, ciencias de la educación, ciencias sociales, derecho, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva, estética o investigativa, añadida a su finalidad comunicativa.
[16] Que se caracteriza por oponerse con otra persona u objeto. Dos elementos totalmente opuestos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario