Blog creado especialmente para la publicación de textos escritos por alumnos en clases de Teoría Literaria I de Universidad de las Américas sede Santiago Centro durante el año 2013. Invito a los alumnos, independiente de su año de estudios o egreso y a cualquier persona que por "coincidencia" encuentre este blog, sentirse libres de opinar en este lugar del ciberespacio. Literatura es un campo amplio y ambiguo, por lo tanto, no existe opinión errada, solo algunas más acertadas que otras.

sábado, 27 de abril de 2013

El fundamento en la noche


Por Claudia Gómez

¿Hacia dónde podría volverse el dios a la hora de su retorno?
Martin Heidegger.

Heidegger comienza su filosofía a partir del poema “Pan y vino” de Hölderlin, él presenta una pregunta esencial para comprender su texto: ¿Y para qué poetas en tiempos de penuria?, comienza su análisis con la palabra tiempo, que engloba la época que hoy vivimos, la cual está marcada de forma lineal desde la vida y muerte de Cristo. A partir de esta significación que Heidegger le da a tiempos dentro del cuestionamiento de Hölderlin, se puede hacer una analogía con el título del poema “Pan y vino” y la cena que Dios hace con sus discípulos, en donde beben vino y comen pan. Dios anuncia la traición que uno de sus discípulos y hablará posteriormente sobre su muerte: “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”[1]. Entonces haciendo la comparación del título del poema, junto con la pregunta en cuestión, y el análisis de tiempo según Heidegger, podemos entender que a partir de la muerte de Cristo, se da inicio a una nueva forma de concebir la vida, una vida sin Dios o la falta de dioses. Así también el poema demuestra esta nueva era con la ascensión de los “que alegran la vida, cuando el padre retiró su rostro de los hombres, Y la aflicción comenzó con todo derecho sobre la tierra”(Holderlin Friedrich, “Pan y vino”).
Sin embargo, Heidegger nos dice que a partir del sacrificio de Cristo en la cruz, se inaugura, (dentro del poema de Hölderlin) el fin de la triada de dioses: Hércules, Dionisio y Cristo, pero ¿Cuál es el problema de que estos “tipos” de dioses falten en la humanidad? La respuesta se ha dado a lo largo de la historia, guerras mundiales, depresiones económicas actualmente los atentados, etc., se producen porque las personas buscan dar respuesta y encontrar consuelo a la problemática del no tener en qué creer, el hecho de no saber a quién rezar o sostener sus pensamientos ha hecho que llegue un caos dentro de la sociedad, ya sea sicólogos, biólogos o físicos, muchos buscan aquellas respuestas en templos religiosos, grupos de afinidades intelectuales, deportes que dan armonía y equilibrio al cuerpo, etc.
 Para Heidegger la falta de dioses no significa que no exista una relación cristiana, sino que ésta relación no ha logrado reunir a los hombres en una sola manifestación, lo que hoy se demuestra son las divisiones de creencias religiosas, la disputa de la verdad entre ellos y la no afinidad  entre los hombres. El filósofo da luces que, con el inicio de esta nueva era sin Dios comienza un atardecer que llega muy rápidamente al anochecer, la humanidad ahora se encuentra a oscuras, en penuria y en el ocaso, se apaga la divinidad de los dioses, lo que provoca que las personas huya, se arrojen y adhieran a cualquier creencia que les parezca placentera y llenen sus emociones.
Cuando en el hombre manifiesta que carece de dioses, comienza a quedar sin fundamentos, sin confianza, sin amparo, sin respuestas, es ahí donde pierde su esencia. El hombre, el mundo, penden en el Abismo. Sin embargo que la humanidad entera esté pendiendo del abismo puede sonar chocante y muchas veces provoca dentro de la sociedad una desesperación y angustia, pero según Heidegger a veces es necesario llegar a este abismo para poder adecuarnos, entender y experimentar la noche, es decir, que el hombre debe aprender a vivir con esta falta de dioses, aprender a andar en la oscuridad, agudizar los sentidos, ya que, sin esto el hombre no podrá sobrevivir al cambio de mundo, solo la experiencia que adquirirá con la ausencia, logrará que se preparen para la llegada de los dioses, así retomar todas aquellas creencias que pensaron que estaban olvidadas o desmentidas.
“¿Hacia dónde podría volverse el dios a la hora de su retorno, si previamente los hombres no le han preparado una morada? ¿Cómo podría nunca un lugar ser adecuado al dios si previamente no ha empezado a brillar un esplendor de divinidad en todo lo que existe?”[2].Muchas veces el hombre cae en el olvido del ser, su afán en la vida diaria lo distrae de lo verdaderamente importante. En el extracto del poema, se evidencia lo que Dios en su retorno hará con la penuria que viven los hombres: “él reconcilia el día con la noche”, en donde día es la luz de divinidad de Dios y la noche es la aflicción del hombre falto de Dios. Esta reconciliación solo se hará efectiva cuando el hombre, llegue al abismo y se reconozca como una persona viva que logró sobrevivir a la noche. “Los dioses que estuvieron antaño aquí solo retornan en el momento adecuado, esto es, solo volverán cuando las cosas relativas a los hombres hayan cambiado en el lugar correcto y la manera correcta” (Heidegger Martin, 1996b, pp. 241-289). Para el pensamiento Heideggeriano el olvido es nuestro presente, (el cual está marcado por la huida de los Dioses, mencionando anteriormente) mientas que la ausencia implica lo que puede ser y lo que podría haber sido desde el punto de vista de la partida y la llegada de los dioses
        El filósofo define dos formas de ser de la ausencia. La primera es a partir de las huellas, Hölderlin en su poema se refiere a las huellas como rastro que Dionisio y Cristo han dejado en la humanidad, huellas que responden al vino y al pan respectivamente, el primero está relacionado con la alegría y en segundo está relacionado con la bendición en la tierra y su riqueza natural, el cual es como define el poeta como “bendito por la luz”. Ambas huellas quieren lograr y tienen como dirección la comunión de los hombres, para que gracias a ellas formarán o crearán un “hogar limpio” para el retorno de los Dioses.
El pan y el vino reflejan al hombre en época y en su condición de miseria. Entonces la tarea del hombre y también la del poeta es vivir en el olvido pero recordando el olvido, esa contradicción producirá que el hombre viva y perciba la noche como “sagrada”, en donde los humanos puedan experimentarla, sentirla y superarla de una manera más trascendental.
Ahora bien, ser poetas en tiempo de penuria, quiere decir, que el poeta deber ir detrás de estas huellas anteriormente expuestas, el poeta debe habitar en la presencia de los dioses, hacer morada para ellos. La poesía es el fundamento que hace a la historia un hecho importante, no es meramente un adorno o un embellecimiento como algunos dirán, sino que el lenguaje que proporciona el poema, acompaña y soporta al poeta y los hombres en la lucha contra el abismo que se produce en la noche. La poesía es la salvación del hombre dentro de la penuria.




[1] La Biblia, San Lucas. Capítulo 22, Versículos 19 y 20
[2]Heidegger Martin, ¿Y para qué poetas?, Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte, en HEIDEGGER, M., Caminos de bosque, Alianza, Madrid, 1996a, pp. 241-289. Rilke

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